Sin previo aviso y sin algún tipo de perdón a la vida, sujetos despreciables, acabaron con la tranquilidad de este hogar, mientras toda una familia, miraba televisión en la sala.
Este caso lamentable, es tan solo el primero, de esta ruta de extorsiones, la cual, nos lleva al siguiente punto de destrucción.
“Los dinamitazos” que aterrorizan Trujillo El dinero hace que estos facinerosos actúen como desquiciados, sin importarles, que una madre luchadora y propietaria de la bodega parta en llanto.
Pólvora, llantos, dinero y delincuencia han sido resumidos en una crónica de tres ataques extorsivos en menos de 6 horas, ocurridos durante el 27 y 28 de junio. Esta es la triste realidad que vive Trujillo y que toda la población espera termine.