Foto: referencial.
Por: Beto Mendoza
No solamente se ven casos de morbosos o gente que se masturba en Trujillo, Lima u otra ciudad grande de nuestro país. También se da aquí, en nuestra tierra Huamachuco.
Pasaba con mi familia en horas de la noche por el campanario y pudimos observar a dos enfermos, uno que le daba huesos, después de salir de una pollería, a una perrita que estaba en celo y varios machos trataban de cubrirla. El otro enfermo sacó su celular y filmaba el acto con admiración y gracia, según él.
No nos quedamos callados y les reprochamos que lo que hacían era una falta de respeto e incomodidad para los transeúntes entre ellos niños que pasan por el lugar. Y así no haya nadie, no es normal hacer esto con estos canes que bajo su instinto tratan de reproducirse.
Otras personas que llegaban a esta pollería, nos dieron la razón y reprocharon lo ocurrido. Los dos hombres se retiraron, el más mayor vestía un chaleco naranja de una empresa minera y el otro, un joven vestía normalmente. Quisimos llamar a Serenazgo, pero muy poco se les ve por la zona.
Antes, ocurrió otro caso con un joven que paseaba frente al teatro municipal a un perro pitbull sin bozal y collar y quiso atacar al perrito de un ciudadano que conversaba con una pareja de serenos. Felizmente lograron retirarlo.
Amigos de Serenazgo, están en su derecho de pedirle al dueño de estos animales que pueden o no ser peligrosos que, primero la Plaza de Armas no es lugar para pasear mascotas y segundo que, si los trasladan, lo hagan responsablemente.
La población canina ha crecido considerablemente, notándose perros callejeros y vagos, incluso ocasionan suciedad en calles y veredas. Es responsabilidad de la municipalidad y red de salud, su control, sin el extremo de eliminarlos.