Por: Dionicio Mantilla León
Todos conocemos el inmenso poder nutritivo que posee la papa. Aquel preciado tubérculo andino herencia alimenticia de nuestros ancestros, los incas. Pan de los pobres y los ricos. Antiguo manjar que hoy es el centro de la noticia, pero no para relievar sus bondades sino para destacar su súper abundancia causal de un serio conflicto social en las regiones de la serranía del país.
Escenario en donde nuestros hermanos campesinos y campesinas se dedican al cultivo de este sagrado tubérculo muchas veces sin ningún tipo de capacitación técnica, sin apoyo crediticio del Estado, sin control ni regulación situación que genera un ambiente de anarquía comercial por la falta de un mercado nacional que absorba la producción generándose una injusta disminución de los precios por el aprovechamiento abusivo de los intermediarios que lo adquieren a precios ridículos, un kilo que debía costar S/.1.50 es comprado a sólo S/. 0.20.
Si a esto le añadimos la traidora actitud de los sucesivos gobernantes que hemos tenido suscriptores de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con otros países lesivos a los intereses de la Patria, tratados propiciadores de la libre importación de alimentos entre ellos la papa. Un ingreso descontrolado de este tubérculo a los mercados nacionales hecho con la complicidad de malos peruanos dueños de restaurantes, pollerías y supermercados quienes a pesar de conocer de la reconocida calidad de nuestra papa, así como de la cantidad que se produce compra papa extranjera a precio caro despreciando lo nuestro. Una compra hecha a precio exorbitante porque dichos malos peruanos lo recuperan vendiendo sus artículos a precios súper elevados. Es necesario destacar que, irónicamente hace varios años, Curgos fue el primer productor de papa a nivel regional, para ser hoy el distrito más pobre del país por el descuido gubernamental.
Criticable descuido de la agricultura nacional que desde siempre ha sido despreciada y considerada como la cenicienta de la actividad económica en comparación con la minería que deja sólo un escenario de muerte y desolación cuando termina su ciclo de explotación, amén del envenenamiento de las aguas de ríos y lagunas y la consecuente destrucción de la flora y la fauna del medio ambiente.
Este innoble trato contra nuestros hermanos del campo que son los que proveen nuestra mesa diaria ha tenido que generar su justa protesta, protesta la que hago mía porque que es justa. ¿Y cuál ha sido la respuesta del gobierno de PPK? : Comprar el excedente de producción, una medida temporal que no soluciona el problema de manera integral y, peor aún, ha recurrido a una cruenta represión policial que ha provocado la muerte de cuatro hermanos nuestros a cuyos deudos expreso mi sentida condolencia. Un escenario que se enturbiará más con el paro que vienen convocando los agricultores de Julcán, Sánchez Carrión, Otusco y Santiago de Chuco quienes han producido el año anterior 436 toneladas de papa y no son atendidos en su solución por el gobierno.
Categóricamente sostengo que mientras exista una normal producción de papa en el país la importación de papa del extranjero es injusta y un vil acto de traición a lo nuestro y debe ser detenida. Urge en nuestro país la creación de una nueva política agraria que privilegie la producción nacional, que signifique la creación de un organismo específico encargado de la regulación de la producción y la comercialización correcta de este tubérculo, que evite la sobre producción y la comercialización abusiva, que implique el cumplimiento responsable del Ministerio de Agricultura de intensificar la capacitación técnica de los productores de papa y de todo producto agrícola.
Lamentablemente, como siempre lo decimos, muy poco de cambio se puede esperar mientras sigamos sumidos bajo las botas del neoliberalismo salvaje que impera en nuestro país cuyos fieles representantes son los sucesivos gobiernos derechistas, corruptos y vende patrias que hemos tenido y tenemos actualmente con PPK que privilegian lo extranjero en desmedro de lo nacional provocando un ambiente de injusticia y pobreza.