Por: Dionicio Mantilla León
La reunión convocada por los dirigentes de la comunidad campesina Juan Velazco Alvarado de Yamobamba _ La Florida, para escuchar la información de la empresa minera La Arena que desean obtener la licencia social o pase para iniciar las operaciones de exploración en el sector Agua Blanca, no tuvo el resultado que se esperaba. Y no lo tuvo porque los comuneros se dividieron en 3 grupos, unos que estaban a favor, otros que estaban en contra y, el último, que se encontraba en duda. Un resultado que sinceramente tomó por sorpresa por cuanto se pensaba que el resultado iba a ser otro.
A la reunión, asistió el Consejero Regional por nuestra provincia, Confesor Bermúdez Laiza, quien explicó en detalle el gran potencial agrícola y turístico que posee la zona así como el inminente riesgo que se corre si es que las mineras formales o informales ingresan a realizar tareas de explotación, tareas que significarían la destrucción de sus tierras y, sobre todo, por la acción contaminante de las aguas de sus lagunas y cuencas acuíferas asentadas en el entorno del nevado Huaylillas, zona al que también pertenecen los cuatro pueblos que integran la comunidad campesina “Juan Velazco Alvarado”.
Conocida es la gran importancia que tiene la minería para la economía del país fundamentalmente por el ingreso de impuestos al Estado por la exportación de los minerales impuestos pagados a través de regalías y canon minero. Una minería que, necesariamente, debe ubicarse en zonas estratégicas en donde no afecte las fuentes de agua de las comunidades (ríos, lagunas, vertientes). Lamentablemente esto no es así.
Hoy, la mayoría de mineras formales e informales no respetan estos parámetros y se guían únicamente por el afán de enriquecimiento, concesionando tierras a diestra y siniestra no importándoles si contaminan o no el medio ambiente o si destruyen o no las tierras de cultivo, o que, luego de terminadas sus operaciones, dejen sólo pueblos miserables y fantasmas. Algo que es posible visualizar en: Shorey, El Toro, Shiranmaca, Coigobamba, etc.
Ahora le tocó el turno a florecientes comunidades conociéndose que existen hasta 40 concesiones en la zona circundante del nevado Huaylillas y dentro de las cuales están las comunidades de Juan Velazco Alvarado. Se pretende comenzar por el sector de Agua Blanca para luego avanzar con los demás sectores afectando así: Las cuencas de agua, vertientes y lagunas del Huaylillas.
Resulta comprensible que a quienes poseen tierras en zonas mineras les mueva el interés de obtener el mayor provecho posible de ellas lo que es el caso de la comunidad Juan Velazco Alvarado. ¿Pero cómo lograrlo sin la minería?
LA RESPUESTA
La respuesta es: Potenciando el agro y el turismo. Un proyecto a hacer realidad en toda la zona circundante del nevado Huaylillas. Proyecto que comenzaría a caminar con la Ordenanza Regional que crea el “Área de Conservación Natural: Huaylillas” cuyo objetivo es preservar toda la riqueza ecológica existente en una amplia zona territorial que abarca la zona circundante de nuestro nevado, incluida la comunidad Juan Velazco Alvarado, y preserva las cuencas que nutren de agua a los pueblos de Sanagorán, Curgos, Sarín, Huamachuco, Cachicadán y Santiago de Chuco.
Un área que abarca cuencas, lagunas (20), vertientes, una rica flora y fauna, restos arqueológicos, el Camino del Inca, etc. Constituyendo así una invalorable despensa de agua y vida, pero que otros quieren convertirlo en cementerio.
De esta manera, se garantizaría un uso adecuado del agua necesaria para el consumo humano, la agricultura y ganadería. De otro lado, las mismas bondades paisajísticas y naturales de la zona y la presencia de atractivos como el camino del inca o Kapac Ñan lo hacen propicio para el desarrollo del turismo.
Ambas actividades, agrícola pecuaria y turística, debidamente implementadas por el gobierno central y regional a través de los sectores de Cultura, Turismo y Agricultura convertirían a esta zona en un emporio económico sostenible que potenciaría el agro y ganadería y proveería de fuentes de trabajo permanente a los lugareños. Un proyecto que debe ser concebido de manera integral, esto es, que abarque, también, la provisión de obras comunales básicas que garanticen una mejor calidad de vida de la población. Algo más, que en la administración de las empresas públicas turísticas a implementar en la zona se le dé participación protagónica y empleo a los pobladores de la zona.
Planteado así el tema, todos saldríamos ganando. Sobre todo ganarían las comunidades al usufructuar libremente su sagrado derecho a la vida y al desarrollo. Viviendo con bienestar y dignidad y con absoluto respeto a nuestra naturaleza algo que tenemos el deber de preservar.