La desventura laboral y los problemas personales llevaron a Elmer Antonio Valverde Lavado (28), un zapatero trujillano que trabajaba en Lima, a matar a sus dos únicos hijos, de 4 y 6 años, para luego quitarse la vida, ingiriendo veneno.
Quien los encontró fue Anita Zavaleta, la tía de la esposa de Elmer, a las 7 de la mañana de ayer, en el distrito de San Martín de Porres. Los tres cuerpos yacían sin vida sobre una cama.
Elmer Valverde y su esposa, Mónica Zavaleta Rodríguez, llegaron a Lima con sus 2 hijos a finales del año pasado. Antes habían vivido en el centro poblado Alto Trujillo, en El Porvenir. Fueron a la capital de la República para conseguir un mejor futuro.
Se alojaron desde un comienzo en el domicilio de la tía de Mónica, Ana. Sin embargo, los problemas se hacían cada vez mayores entre la pareja y Mónica Zavaleta se regresó a Trujillo hace casi un mes.
Ellos tenían problemas desde que vivían acá, en Alto Trujillo. Mónica tiene un hijo de 9 años con su ex pareja y Elmer la celaba. Ella se quejaba de que el la maltrataba y el dudaba de que ella le fuera fiel. Ambos se fueron a Lima con sus hijos el año pasado, para dejar sus problemas atrás, pero las cosas no cambiaron?, dice la hermana de Elmer Valverde, Luz.
Luz cuenta que a estos problemas sentimentales que pesaban sobre su hermano se le suman las carencias económicas y los problemas de salud. Al parecer, Elmer padecía de várices y su situación era grave, pues sangraba constantemente.
No sé que pudo pasar por la cabeza de mi hermano en ese momento. No lo justifico, pero supongo que los problemas con Mónica, la enfermedad, la falta de dinero y tener que cuidar a sus dos hijos solo fue demasiado para ?l?, dice Luz Valverde, tratando de entender el horrible acto de su hermano.
Los cuerpos del padre homicida y sus dos hijos salieron de la ciudad de Lima hoy por la mañana. A nuestra ciudad llegarán hoy en la noche. La familia, sin embargo, se encuentra angustiada no solo por la pérdida, sino porque no cuentan con el dinero suficiente para corre con los gastos del entierro.
Nosotros somos pobres. No tenemos para cubrir los gastos del sepelio y el entierro. Solo hemos podido darle a la agencia funeraria 500 nuevos soles para que traigan los cuerpos a Trujillo. El costo de todo es de casi 3 mil nuevos soles. No sabemos qué hacer, dijo entre lágrimas Luz Valverde. (satélite)