Diversas sensaciones llevan los peregrinos en su caminar por la fe que le tienen a la popularmente conocida como ´Mamita´.
Niños y niñas acompañados de sus padres, mujeres embarazadas, así como jóvenes y personas adultas, recorren los 76 kilómetros que separan Trujillo con la provincia de Otuzco en el ande de La Libertad para agradecer a la Virgen de la Puerta por los milagros concedidos durante su fiesta patronal, cuyo día central es el 15 de diciembre.
Niños y niñas acompañados de sus padres, mujeres embarazadas, así como jóvenes y personas adultas, recorren los 76 kilómetros que separan Trujillo con la provincia de Otuzco en el ande de La Libertad para agradecer a la Virgen de la Puerta por los milagros concedidos durante su fiesta patronal, cuyo día central es el 15 de diciembre.
Los peregrinos que proceden de diversos lugares del país salieron anoche desde Trujillo y pernoctaron en la localidad de Shirán, a 35 kilómetros de Otuzco, es decir la mitad del recorrido; sin embargo, algunos trepan cerros y evitan caminar sobre la pista.
Pese al intenso sol, los peregrinos en algunos casos van trotando llevando el estandarte de la Virgen de la Puerta hasta un tramo determinado, por lo que son acompañados por personal médico en una ambulancia.
RPP Noticias, acompañó esta mañana a los peregrinos que desde Trujillo van por el distrito de Laredo, luego Poroto hasta llegar a Shirán donde reposan. Por ejemplo, María Cano, una de los miles de peregrinos, quien se encuentra embarazada de 8 meses, comentó que caminaba en agradecimiento a la virgen y lo haría hasta que las fuerzas se lo permitan.
Martina Geldres, otra de los peregrinos, camina hasta Otuzco junto a su menor hijo, quien mostraba su emoción por la experiencia de ir junto a su madre que trata de llegar hasta la iglesia para venerar a la Virgen de la Puerta, en agradecimiento a un milagro personal.
Es así de contagiosa la fe de los peregrinos que veneran a la Virgen de la Puerta, Patrona del Norte del país y Reina de la Paz Mundial, declarada así durante su coronación canónica en octubre de 1943, que nos llena de mística hasta erizarnos la piel con el baile de los negritos al sonar los tambores, sobre todo los pescadores que peregrinan desde el puerto de Salaverry.(RPP)