Campesinos de la zona, bajo la creencia de que quemando los pastos secos de los cerros las lluvias caerán pronto y las heladas disminuirán. Por esta situación, quemaron los cerros ubicados en la parte sur de la ciudad como el cerro llamado pelado o calato y el cerro negro o trompa de elefante. En horas del día y noche se observó grandes llamaradas y humo, sin que la oficina del Instituto Nacional de Recursos Naturales (INRENA) haga nada, al igual que la oficina municipal de Medio Ambiente que lo preside la ingeniero Eva Herrera.
Se consultó sobre este atentado al jefe de la Agencia Agraria Juam Tam Córdova, quien muy indiferente dijo que una avellana o un globo de fiesta habrían incendiado estas plantaciones, cuando toda la población conoce que esta vieja tradición atenta contra los seres vivos, como plantas silvestres, aves, conejos, zorros, etc. e insectos de toda variedad.
Foto:Nótese la parte oscura de los cerros donde se quemaron los pastos secos.