martes, 31 de agosto de 2010

LA LIBERTAD EN LA MIRA


Por: Luis Peña Rebaza

“Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio, porque yo no era comunista. Cuando encarcelaron a los socialdemócratas, guardé silencio, porque yo no era socialdemócrata. Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas, no protesté, porque yo no era sindicalista. Cuando vinieron a buscar a los judíos, no protesté, porque yo no era judío. Cuando vinieron a buscarme, no había nadie más que pudiera protestar…”
Esta es la versión original de un ejemplar texto que, con sus variantes, es erróneamente atribuido a Bertold Brecht pero que, en realidad, pertenece al pastor luterano alemán Martin Niemöller (1892–1984) y, forma parte de un sermón dado por él en la Semana Santa de 1946.
Hoy nos sirve para reflejar la situación por la cual viene atravesando Trujillo y la región La Libertad. En la capital de dicha región estamos permitiendo que unas cuantas decenas de delincuentes pretendan imponerse y convertirla en tierra de nadie emulando así, en su nefasta versión, el salvaje far west o lejano oeste. En enorme medida, esto sucede porque la evidente pasividad e indiferencia de muchos miles de ciudadanos alienta el atroz accionar delincuencial en unos pocos: Ante uno de tantos interminables asaltos, muchos volteamos la mirada y aceleramos el paso huyendo de la peligrosa y comprometedora escena. Cuando en los años ochenta “Sendero Luminoso” iniciaba su sangrienta escalada terrorista y, aquí y allá los atentados y coches bomba reventaban causando muertos, heridos y mutilados físicos y mentales, el notable historiador Alberto Flores Galindo afirmó que los peruanos- especialmente la clase dominante asentada en Lima- estábamos perdiendo la capacidad de indignarnos ante el dolor. Realidad similar acontece a raíz de la escalada delincuencial de la que somos víctimas.
El otro ámbito de evidente preocupación y vergüenza colectiva es que, hoy por hoy, La Libertad ostenta el triste privilegio de tener los tres distritos más pobres y miserables del país entero: en la provincia de Pataz, el distrito de Ongon con 99.7 % de pobreza y 97.2% de pobreza extrema y, en la provincia de Bolívar, los distritos de Bambamarca con 98.7% y 92.4% y Condormarca con 97.5% y 83.3% de pobreza y miseria respectivamente. Pero, no solo se trata de que poseemos esas “envidiadas” perlas sino que, además, la amarga cereza que corona la torta: veinticinco de los cien distritos más pobres del Perú se encuentran ubicados en nuestra región.
Creo que ante ambas situaciones descritas: el incremento de la delincuencia y la indolencia y olvido ante el estado de postración del ande liberteño, los ciudadanos no debemos permanecer indiferentes. Con respecto a la primera, ojalá desterremos la pasiva actitud de continuar ajenos, cruzados de brazos, esquivando la mirada u observando el asalto y cogoteo callejero desde la vereda o ventana de enfrente. A no dudarlo, un pésimo ejemplo para los niños y jóvenes. Con respecto a la segunda situación, se avecina un fundamental proceso electoral en el cual, mediante nuestro voto consciente y sincero, podemos convertirnos en protagonistas decisivos para que en tan sombrío panorama, el que padecen las provincias del interior, asome un radiante y rejuvenecedor sol. Solamente así será posible legar a las generaciones que, mucho más temprano que tarde nos sucedan, un Trujillo más seguro y tranquilo y una región La Libertad más justa y equilibrada. Al respecto, recordemos la ejemplar frase del sublime Dante: “Los lugares más recónditos oscuros y profundos del infierno están reservados para quienes en épocas de crisis se mantienen neutrales”.(http://conlafeylaverdad.blogspot.com)