Por: Dionicio Mantilla León
Era una cálida y auspiciosa mañana. La llanura se ofrecía en toda su vastedad y magnificencia y a lo lejos se escuchaba el alegre trinar de los pajarillos, mientras un suave vientecillo acariciaba la faz de la tierra. El firmamento, como nunca, amoroso cubría el lugar con su rutilante manto de azul intenso orlado de blancas y bien delineadas nubes; arriba, un rubicundo y alegre Sol, jugando con su dorada melena, observaba con curiosidad hacia abajo.
Sin lugar a dudas no era un día cualquiera. Era una fecha especial y por eso la naturaleza se había puesto como nunca sus mejores galas de fiesta. Era el 15 de agosto de 1553, y el escenario festivo era, la llanura de Purrumpampa; justo en el corazón del Señorío de los Wamachukus, en los andes del norte del Tawantinsuyo. Este día se cerraba una etapa y se abría otra. Concluía una época de espandor y grandeza y se aperturaba otra, que era toda una incógnita. En dicha llanura, en uno de los ángulos de una extensa explanada de indefinidos bordes, cientos de nativos, los wamachukus, se reunían con sus autoridades, en el "Tampu Real". Tenían sentimientos encontrados, entre pesarosos y expectantes; junto a ellos un grupo de extraños personajesde tez blanca, barbudos y con indumentaria diferente que hablaban un idioma inentendible. No eran sacerdotes, ni curacas; eran 12 sacerdotes de la orden de "San Agustín", bajo el liderazgo de Fray Juan del Canto. Venían de un país lejano, España, con el propósito de, mediante la evangelización, contribuir a la conquista de estas ubérrimas tierras.
Para ello era necesario comenzar con la fundación de ciudades. Este era el motivo de la reunión : llevar a cabo la la ceremonia de fundación de una nueva ciudad: La ciudad de "San Agustín de Guamachuco", que pusieron bajo la protección o advocación de "San Agustín" y la virgen de "Alta Gracia". A partir de esta fecha 2 culturas se juntaron para procrear una nueva que aún supervive, orgullosa de sus raíces ancestrales y sus bondades naturales. Un pueblo consciente de su realidad, con sueños e ilusiones y anhelante de salir adelante. Huamachuco es su nombre, y el día de hoy, recuerda los 457 años de este histórico acontecimiento: Su fundación hispana y la veneración a su patrona religiosa.
Para ello, junto a su pródiga naturaleza, se viste de fiestay con su reconocida hospitalidad recibe a sus visitantes y turistas. Empero, los huamachuquinos, no olvidan jamás sus orígenes de grandeza y portento y se sienten orgullosos de ello; tampoco olvidan que son poseedores de una admirable riqueza natural, cultural y turística que la exhiben felices porque saben que su pueblo es una joya que merece ser admirada. Una joya que resplandece en la belleza de sus paisajes, en sus valles interandinos y alturas,; en sus monumentos naturales e históricos; y en la obra de sus hijos e hijas quienes supieron infundirle a la Patria amada el dorado brillo de la esperanza de libertad y dignidad en los momentos más difíciles que le ha tocado vivir.
Anidada en las estribaciones del ande liberteño y a 3,160 mts de altura, la ciudad de Huamachuco exhala historia por todos sus rincones. Allí están, como prueba, su extensa Plaza de Armas, antiguo escenario del anfiteatro del Señorío de los Wamachukus; el promontorio de sumisión del Gram Wamachuku ante el imperio Incaico: la Torre del Campanario, vestigio del escenario de su fundacion como ciudad hispana,; la Casa del Fundador de la República, Dr. José Faustino Sánchez Carrión; la Casa de Arcos, vestigio del Cuartel del Ejército Libertador de Simón Bolívar: sus antiguas casonas virreinales; también, la pampa de la Cuchilla, escenario de la batalla del 10 de julio de 1883 de la guerra con Chile. Muy cerca de ell ala fortaleza pre inca de Markahuamachuko, la ciudadela pre inca de Wiracochapampa, el cerro Sazón, el Mirador del cerro Miraflores.
Allí también, el manantial del "Agua de los Pajaritos", las hermosas lagunas de Sausacocha, Corazón, Collasgón, Cushuro y Negra. El elevado pico Huaylillas. Sus baños termales de Yanasara, el Edén y Huyro. Sus valles interandinos de sarín, Sanagorán, el Chuzgón y el gran valle del ríoMarañón.
Huamachuco está de fiesta que la inicia el 29 de julio con la ceremonia de la parada del Gallardete. Huamachuco está de fiesta y, el 14 de agosto, víspera de la misma, se vuelca de noche a las calles para, el abrigo de sus vistosas "candeladas" y degustando sus sabrosos "termolines", deleitarse de la tradicional verbena en la Plaza de Armas al son de sus chirocos, pero tambieén de prestigiados conjuntos musicales y artistas locales y foráreos , y ¡cómo no! de los vistosos castillos de fuegos artificiales y bombardas que pintan de mil colores su cielo andino. Huamachuco está de fiesta y, el 15 de agosto, día central, su plaza de Armas se colma de gente entre paisanos y turistas mientras los feligreses católicos abarrotan su moderna catedral para, luego, al compás de sus "chirocos" y vistosas danzas folklóricas, acompañar la imagen de la Virgen de "Alta Gracia". Después vendrán las peleas de gallos, las tardes taurinas y los eventos deportivos.
Este es el pueblo de Huamachuco orgulloso de su estirpe y de ser un rutilante joya del ande liberteño. alegre, cordial y fraterno que en esta ocasión extiende su mano amiga a sus visitantes para recordar juntos sus 457 años de creación como ciudad. Un pueblo digno que añora un mejor destino.
Foto: Beto Mendoza