Por: Dionicio Mantilla León
Con un discurso leído que demoró 1 hora 45 minutos el Presidente de la República, Alan García Pérez, el pasado 28 de julio brindó eu quinto y último mensaje a la nación. Un mensaje caracterizado como siempre por el optimismo y la emotividad, colmado de anuncios y promesas, de cifras e informaciones acerca de la labor cumplida a lo largo de sus 4 años de gestión gubernamental.
Un mensaje que ratifica, una vez más, su consecuencia a la línea ideológica de derecha a ultranza que ha adoptado, así como el fortalecimiento del modelo económico liberal seguido desde el inicio de su gestión basada en privilegiar la privatización y las conseciones, el fomento al gran capital, apoyo incondicional a las grandes compañías transnacionales principalmente norteamericanas y chilenas, pero su rechazo a las reivindicaciones de los trabajadores. En esta ocasión, con algo novedoso, su intención de reelegirse el 2016, justo cuando el Perú habrá de celebrar el bicentenario de su independencia nacional: 2021. Para ello adelantó algunos temas de una eventual agenda: disminuir al 10% los índices de pobreza y al 5%, la desnutrición infantil.
La culminación de este segundo periodo encuentra al lider aprista regocijado por cuanto significa para él "sacarse el clavo" de un primer periodo desastroso y frustrante que condujo al país al descalabro económico total hundiéndolo en la angustia y la miseria siendo pretexto para la asunción de la dictadura de Fujimori. Sin embargo, el acierto mayor que se le reconoce al gobierno de Alan es el mejoramiento de nuestra economía a través de un sostenible crecimiento económico, el incremento de nuestra reservas de divisas que según informó llega a los 37,000 millones de dólares, el reconocimiento de nuestra economía a nivel internacional y sin referir montos, el pago de la deuda exterma.
Se cuidó, empero, de mencionar algunos temas importantes como la Reforma del Estado entre ellos la REFORMA TRIBUTARIA que obligue a los ricos al pago justo de sus impuestos y el cese de los subsidios; así mismo, la REFORMA GEOPOLITICA Y ECONOMICA del país a través de la REGIONALIZACION, hechándole la culpa a los presidentes regionales de su estancamiento olvidando su responsabilidad como jefe de Estado y que fue él quien lideró la oposición a ella durante el gobierno de Toledo. Se refirió a la descentralización, pero obvió el recorte de partidas a los gobiernos regionales y locales.
No dijo nada sobre sus promesas incumplidas: Sierra Exportadora, Selva Emprendedora, anulación de las SERVIS, las regalías mineras en lugar de las dádivas señaladas por la empresa, el fomento de la agricultura. Habló de 130,000 obras realizadas durante su gestión, pero obviando que muchas de ellas tienen que ver con la conseción de empresas y sectores neurálgicos para la seguridad nacional como son los aeropuertos y puertos consecionados a empresas chilenas. Planteó la renegociación del gas de Camisea, pero insistió en su expotación.
Se refirió a los avances en Educación con el tema de la alfabetización y en Salud con el aseguramiento universal, pero se cuidó de referirse a una Reforma Integral de la Educación, así como del Sitema único de Salud. Tampoco dijo nada sobre el incremento del Sueldo Mínimo Vital, el Sitema Único de Sueldos y la Ley del Trabajo, pero lanzó la convocatoria a las Elecciones Presidenciales y Congresales para abril del 2011. Autocríticamente señaló como deficiencias de su gobierno: la inseguridad ciudadana, planteando como alternativa el incremento de los efectivos policiales y el aumento de sus haberes, pero obviando la reforma policial y su modernización; así mismo, la corrupción, sin indicar que los principales protagonistas de la misma pertenecen a su partido.
En realidad el último mensaje de Alan Garcóa la ha usado como carta de garantía para su terorno el 2016 y para demostrar que con crecimiento económico estamos ad portas de ser un país del primer mundo a pesar de que el desarrollo y la justicia social se encuentran lejanos (conlafeylaverdad.blogspot.com)