jueves, 13 de febrero de 2025

José Faustino Sánchez Carrión: de la protesta a la propuesta

 

Por: Luis Peña Rebaza

En el Diario Uno, edición Lima, y en el 238 aniversario del nacimiento de nuestro insigne Tribuno. José Faustino Sánchez Carrión: de la protesta a la propuesta 

“No solo sale del Colegio, sino que tiene que dejar Lima; pues ese mozo me tiene revuelta la capital. Y hablemos claro… hasta los ladrillos de San Carlos son insurgentes por su culpa” fueron las palabras del virrey Pezuela cuando en diciembre de 1819 expulsa a José Faustino Sánchez Carrión de su cátedra en el convictorio carolino. Hoy cuánta falta hace aquel espíritu insurgente y rebelde cuando vivimos la época del Bicentenario, vivimos o sobrevivimos quizá sea el término más oportuno luego de las plagas de distinta índole, el COVID, el dengue y la peor de todas, la dramática situación social y política generada por el desgobierno, la corrupción e inseguridad ciudadana que campea a diario en el país. 

Urge un espíritu insurgente que nos libre del caos en que han sumido a la nación los mediocres gobiernos y una casta política que, con discursos y ropajes de diverso colorido, se ha enquistado en el poder. Un espíritu insurgente que renueve la fe y la esperanza en que vendrán tiempos mejores, para ello necesitamos de ciudadanos, no de vasallos. Una condición de ciudadano que implica cuatro elementos esenciales: el sentido de pertenencia, la participación, el estado de derecho y el cuarto, los derechos y deberes. El primero, el sentido de pertenencia, parte de una sencilla frase “es imposible amar lo no se conoce y peor aún sentir que pertenecemos a lo que jamás hemos valorado”. El segundo, la participación activa, si no nos involucramos y somos protagonistas de nuestro propio destino será imposible evitar la súbita aparición de algún demagogo con una vara mágica ofreciendo solucionar nuestros problemas. El tercero, el estado de derecho, la obligación común de respetar y cumplir la ley, sobre todo, por parte de las autoridades electas cuya función no es lucrar con el cargo asumido sino escuchar y atender las demandas ciudadanas y cuarto, la exigencia de derechos y, a la vez, el cumplimiento de deberes. En ese contexto, resalto la condición de ciudadano y hombre de avanzada en el pensamiento y la acción, de nuestro Tribuno de la República. 

Luego de la declaración de la independencia se pretendía imponer la propuesta monarquista impulsada por San Martin y su ministro Monteagudo, lo que generó un ambiente de antagonismo y pugna, ahí es cuando aparece el verbo y la pluma de Sánchez Carrión para, con argumentos sólidos y contundentes, expresar su protesta plasmada en la carta titulada: Sobre la inadaptabilidad del gobierno monárquico al estado libre del Perú en donde rebate dicha pretensión pues “…para depender de una voluntad absoluta, muy poca ciencia se necesita” y, afirma categórico: “Solo los pueblos muy virtuosos y muy sabios no son dignos de regirse por monarcas” Su aspiración era levantar una nación libre y soberana “…hablo de la Libertad, de ese elemento de nuestra existencia racional, sin la cual, los pueblos son rebaños y toda institución inútil” 

En la segunda carta: Sobre la forma de gobierno conveniente al Perú, pasa de la protesta a la propuesta con la fundamentación de la tesis republicana. Por cierto, una república federal, tal era su idea; en ese sentido, es posible afirmar que fue un visionario del anhelo descentralista tan necesario para forjar un desarrollo equilibrado del país, pero “…muy poco habríamos adelantado en la gloriosa carrera de nuestra libertad, si ocupados solo en detestar la realidad, no nos precautelásemos también de los fatales resultados de una república mal constituida”, aquella predicción suya se cumplió en vista que su planteamiento federal, por desgracia, fue rechazado por las élites limeñas de entonces quienes en la primera constitución política promulgada en1823, nuestra partida de nacimiento, impusieron la forma unitaria y centralista con los resultados que aún se reflejan doscientos años después. Precisamente, esta segunda carta nos habla de la necesidad de la autonomía e independencia de los poderes del Estado para así construir una auténtica democracia: “La distinción de poderes, muelle real de la administración civil, es un descubrimiento tan importante y peregrino en ella, como el de las leyes de Kepler en el sistema planetario” Equilibrio de poderes que en la actualidad suena tan ajeno. Este 13 de febrero se cumplen los 238 años del nacimiento del prócer en Huamachuco, y el 02 de junio el Bicentenario de su prematuro fallecimiento, su paso a la inmortalidad. Hoy la tarea urgente e imprescindible es mantener vigente su vida y pensamiento en la mente y el corazón de cada peruano.