Luego de la disposición municipal para retirar a comerciantes ambulantes del centro de Trujillo, algunos se resisten.
Serenos tuvieron un percance con una vendedora de golosinas que se ubica en los jirones Orbegoso y Pizarro.
Tras la disposición de la comuna provincial de Trujillo de retirar a los comerciantes ambulantes del centro de la ciudad, los agentes de Seguridad Ciudadana tuvieron un incidente con esta madre de familia que hace más de 30 años vende golosinas y que a diario se ubica en la esquina de los jirones Orbegoso y Pizarro.
Una medida que busca reordenar la ciudad, no obstante, la señora Donatila Martínez aseguraba que pertenecía a una asociación de vendedores de golosinas.
Esta madre pide trabajar para mantener a su hijo enfermo.
Si bien el comercio informal es un problema que no se solucionará de un día para otro es una lucha constante tanto para la autoridad como para estas personas que esperan por un espacio para trabajar.