En la reconstrucción del crimen de los dos hermanitos, adolescente narró con sangre fría cómo sucedieron los hechos. En ningún momento tuvo arrepentimiento y la manifestación que brindó el martes la cambió la mañana de ayer
La Libertad: Menor contó con lujos de detalles cómo mató a los niños (FOTOS)
Escrito por Alonso Gordillo
Con pasmosa sangre fría, el adolescente G.L.G. (16) narró con lujos de detalles a la Policía y a la Fiscalía en la reconstrucción del crimen de los Niver (3) y Josué (5) de cómo los asesinó y luego enterró en medio de una quebrada ubicada en el centro poblado Alto Trujillo, en el distrito de El Porvenir.
RECONSTRUCCIÓN
Durante todo el recorrido que duró la reconstrucción tenía la mirada perdida, trataba de detallar cada paso que dio, pero por respiraba y pensaba lo que le diría a los agentes de la Sección de Homicidios de la Divincri y a la fiscal que lleva el caso.
Todo comenzó a las 9:45 de la mañana de ayer, cuando el adolescente infractor fue llevado bajo estrictas medidas de seguridad (la población quería lincharlo) hasta su domicilio, situado en la Mz. D, Lt. 2, del barrio 5E, en Alto Trujillo.
Él en todo momento estuvo en una camioneta de la Policía. Desde ahí los investigadores y la representante del Ministerio Público le preguntaban todos sus movimientos. Él les respondía con voz muy bajita o moviendo la cabeza.
Esta historia macabra comenzó a las 5:00 de la tarde del lunes, cuando el acusado aprovechó que los hermanitos de 3 y 5 años de edad jugaban a unos metros de la puerta de la casa del asesino. “El mayor de ellos tenía un celular y primero los llevé a la tienda que está a dos o tres puertas de mi casa, les compré galletas y les dije que me acompañen”, declaró muy tranquilo.
Luego fue hasta una esquina, volteó a la derecha, caminó dos cuadras y llegó hasta la avenida principal de esa zona. Giró hacia la izquierda, se detuvo un rato, les dio un pedazo de pan y siguieron su camino con dirección al barrio 6E, que está en el asentamiento humano Armando Villanueva del Campo.
Pasaron la tranquera que está junto a los cables de alta tensión y al ver que el menor de 3 años estaba cansado lo cargó y cogió de la mano al otro niño para continuar con su camino. El investigado siempre iba sentado en el asiento posterior del vehículo policial y bien resguardado porque una multitud de gente lo seguía todo el trayecto. Al llegar a ese punto los Policías acordonaron el lugar y el adolescente descendió del carro para seguir con las diligencias a pie.
“Caminé por todo este arenal con ellos y voltee a la derecha”, dijo en su momento, pero luego se retractó. “No, así no fue. Yo seguí caminando por esa parte hasta llegar a esa pared que fue ahí donde di vuelta a la derecha con dirección a la quebrada”, prosiguió.
Al llegar al inicio de la pendiente manifestó que cogió una maracuyá y que la tiró hacia el fondo de la hondonada y les dijo a los niños que bajen a recogerla, mientras que él tomó un camino y les dio el alcance justo donde está la quebrada que por estos días no discurre ni una gota de agua.
Lo que les contó a los peritos en la falda de la zanja fue aterrador. “Cuando estuvimos acá le dije a Niver (3) que se eche boca abajo porque íbamos a jugar y que comience a cavar. Él me hizo caso. Luego con ayuda de Josué comenzamos a enterrarlo y lo cubrimos en su totalidad hasta que ya no se movía”, manifestó de una manera muy relajada.
“Al ver que su hermano no se levantaba Josué se paró y fue en ese momento que me saco el pasador color celeste de una de mis zapatillas y le amarró los brazos apoyándolos a su pecho. Luego lo tiro a la arena, también boca abajo, y con la izquierda empujaba su cuerpo para que no se mueva y con la derecha lo enterraba”, siguió con su relato.
Sosteniéndole la espalda estuvo entre 25 a 30 minutos y tras enterrarlo con su mano derecha escribió “Descansen Niver y Josué”. Antes de irse apagó el celular que llevó Josué y lo enterró cerca de donde perpetró el crimen.
Posteriormente subió la pendiente y regresó a su casa, donde por la noche fue retenido por agentes de la comisaría de Alto Trujillo.
CAMBIÓ DE VERSIÓN
Lo que le pareció raro a los agentes de la Sección de Homicidios es que el adolescente infractor cambió toda su manifestación que dio el martes por la noche, donde indicó que el crimen lo hizo en complicidad de otro menor de edad apodado “Gordo” y uno de 19 años conocido como “Chamaco”.
En su momento dijo que Gordo fue quien lo contactó y le dijo que le pagaría 500 soles para que lleve a los niños hasta un lugar y que el asesinato fue porque la mamá de las víctimas se había apropiado de uno de su vivienda que se ubica en el barrio 6A.
“Gordo me llamó y me ofreció los 500 soles para que los lleve a los niños, pero yo le dije que no cuente conmigo, por lo que me amenazó con matar a mi familia si es que no hacía lo que me pedía. Los llevé hasta la avenida principal y luego fuimos caminando hasta la quebrada, donde matamos a los dos niños. Posteriormente llegamos hasta la tranquera y “Gordo” me dijo que se iba a cambiar un “cheque” (un billete) y que regresarían. Al ver que no llegaban me fui a mi casa y lo llamé por teléfono indicándome que me pagaría el domingo”, sostuvo.
Agentes de Homicidios investigan si es que esta versión es verdadera, pero para ellos es poco creíble porque manejan otra hipótesis que involucraría a la mamá del asesino, quien el día de ayer no estuvo presente en la reconstrucción del crimen.
“Él (adolescente r) cambió la versión de un día para otro por lo que no es creíble que haya asesinado a los dos menores solo Tenemos información que la mamá de los niños asesinados tuvo una discusión con la madre de G.L.G. y que habría habido una amenaza de muerte, por lo que no descartamos que este sea el verdadero móvil del doble crimen”, manifestó para Correo un detective.(DIARIO CORREO)