Por: Dionicio Mantilla León
Y la madrugada del sábado 17 de este mes ocurrió un acontecimiento que conmovió el escenario político del país: El Ex presidente de la República, Alan García Pérez, solicitó asilo al República Oriental de Uruguay. Días antes había arribado de España al llamado de la Fiscalía de Lavado de Activos para brindar declaraciones por el supuesto tráfico de influencias en el que habría incurrido en el caso del Metro de Lima (Tren Eléctrico). Sorpresivamente, la audiencia es suspendida para ampliarse la investigación a los delitos de lavado de activos y colusión agravada al tenerse conocimiento de que Alan García recibió 100,000 dólares presumiblemente de la Caja2 de Operaciones Estructuradas de ODEBRECHT por brindar una conferencia en la Federación Industrial de Sao Paolo (FIESP) de la que forma parte dicha empresa brasileña. Esto motivó para que el Fiscal solicitara su impedimento de salida del país indicando “¡Ahora si Alan García será investigado de verdad!”.
Inicialmente, el líder aprista asumía que este era una “investigación más” motivo por el cual afirmaba que venía con el mejor ánimo de “colaborar con la justicia”; empero, su actitud cambio diametralmente con el nuevo giro de los acontecimientos afirmando iracundo sobre las coimas que supuestamente habría entregado ODEBRECHT en el caso de Metro de Lima: ” Entonces, dicen: US20 millones de dólares menos ocho que le dieron al Vice Ministro (lo demás) deben ser de Alan García. ¡Demuéstrenlo, pues, imbéciles!” Luego diría que se allanaba al impedimento de salida solicitado por el Fiscal, Domingo Pérez.
Una afirmación engañosa por cuanto la noche del sábado 17 el ex presidente de la República ingresaría a la vivienda del Embajador de Uruguay, solicitando asilo aduciendo ser “un perseguido político”, exhibiendo como sustento que la Comisión Lava Jato que presidiera la congresista fujimorista Rosa Bartra no le encontró indicio de corrupción alguna. “La verdad era que si existían indicios y, más aún, en estos días estaban apareciendo colaboradores eficaces que con sus testimonios lo incriminan en diversos delitos (entre ellos el tren eléctrico y la coima de 24 millones de dólares) que devendrían en juicios y probables sentencias, motivo por el cual tenía que aplicar su Plan de Contingencia”, según afirma Gustavo Gorriti, de IDL Reporteros.
Poco después, se conocería que fue la cúpula aprista alanista liderada por Mauricio Mulder la que habría orquestado la estrategia del asilo para evitar exponer a su líder a una supuesta prisión preliminar que dispondría el Fiscal, José Domingo Pérez según información de funcionarios del Ministerio Público revelando así los lazos que el partido aún mantiene con dicha entidad. Indicando temerariamente que lo que le estaba ocurriendo a Alan era similar a lo que vivió Haya de La Torre afirmación que para los auténticos apristas es una censurable injuria al fundador del APRA pues este si fue un perseguido político y se asiló como tal en Colombia, pero no por presunción de corrupción. Por su parte el Presidente del República, Martín Vizcarra, ha dialogado con el Presidente de Uruguay recordándole el “Acuerdo de Lima” suscrito por todos los Presidentes de la República en la Cumbre de Las Américas en abril de este año por el cual los mandatarios se comprometen a luchar contra la corrupción.
En caso de prosperar el asilo el gobierno peruano tendría que entregar el salvoconducto respectivo a Alan, pero de no ser así se produciría todo un crispamiento diplomático de pronósticos reservados. Mientras tanto el Fiscal, Rafael Vela, Coordinador Especial del caso Lava Jato afirma que el proceso judicial al Ex Presidente continuará.
Pero el asilo no es algo nuevo para Alan pues luego de culminado su primer gobierno (1985_1909) al ser asediado por el dictador Alberto Fujimori_ que acababa de instaurar el autogolpe de 1992_ para que dé cuenta de toda la larga lista de actos de corrupción que hundió en el hoyo a nuestro país fugó del país solicitando asilo al gobierno de Colombia desde donde luego pasaría a Francia hasta que después de varios años y luego de la prescripción de sus delitos retornaría al Perú “en olor a santidad” para, después, ser elegido como Presidente de la República Creando una absurda leyenda si recordamos cómo, con su verbo florido durante su primer gobierno, se ufanaba ”¡Todo gobernante que se enriquece ilícitamente se va a vivir después al extranjero! ¡Yo jamás lo haré, señor! ¡No invocaré prescripción! ¡Yo me quedaré¡ ¡No tengo temor!” Luego de 26 años de estos “proféticos juramentos a la inversa” la historia se repitió, exactamente. “¡Yo no soy como esas ratas que huyen del país!”(En alusión a Alejandro Toledo). “¡El que no la debe nada teme!”, ”¡No es ningún castigo ni un deshonor estar en mi Patria!” afirmaba en estos últimos días; sin embargo, mintió y se asiló.
¿Este segundo episodio de fuga significará la demolición política definitiva de Alan García y la cúpula alanista? Los buenos apristas que aún quedan creen que sí. Su primera fuga fue en época de dictadura, hoy, vivimos en democracia y no existe persecución política de ninguna índole.