Paolo Guerrero y Christian Cueva
Por: Dionicio Mantilla León
En mi calidad de admirador y defensor de aquellos personajes que se erigen en referentes o íconos a seguir no sólo por la niñez y la juventud peruana y particularmente huamachuquina no puedo dejar de referirme a ellos cuando se convierten en temas noticiosos.
En ese sentido, mucha alegría me ha producido el cambio positivo que se ha operado en el capitán de la selección peruana, Paolo Guerrero, quien luego de estar sumido en la más terrible depresión a causa de la errónea acusación de consumo de droga y su injusta sanción impuesta por la FIFA de no participar en eventos oficiales de futbol durante un año, ha retomado su antiguo aire optimista y alegre.
Un carácter positivo que se verá incrementado con la posible anulación de la sanción al probar su inocencia luego de su apelación ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAD) institución que, estamos seguros, declarará su inocencia y con ello tendremos nuevamente al gran Capitán dirigiendo ese barco blanquirojo hacia el puerto de la ilusión y la esperanza como es el mundial de Rusia de este año.
Otro caso, es el de Cristian Cueva quien en estos días ha tenido un serio traspié con su equipo el Sao Paolo, el que no lo considerara como titular por su inasistencia injustificada al club durante varios días y su errada reacción que, según el Presidente de la Federación Peruana de Fútbol, Edwin Oviedo, “no pasa de haber sido un momento de confusión” y que ha sido superado inmediatamente por Cristian.
Un hecho que Cristian ha reconocido y ha pedido disculpas indicando que se debió a una confusión. “Tengo una persona que trabaja conmigo en la red social y hubo una confusión. Por eso quiero pedirle disculpas a los hinchas que me han dado su cariño y respeto. Me tocará trabajar el doble para ganarme nuevamente el cariño de la hinchada. Les pido disculpas yo respeto mucho el manto sagrado del Club Sao Paolo que me acoge”, dijo.
Por mí parte, al tener conocimiento de lo acontecido con Cristian me comuniqué con su padre, Luis, manifestándole mi preocupación por este hecho incidiendo en un contacto permanente con consejos de padre a hijo a fin de prevenir y superar posibles traspiés presentes y futuros en los que, como seres humanos, podemos incurrir. Don Luis agradeció mi preocupación afirmando que siempre mantiene contacto con Cristian y que el tema viene siendo superado felizmente por su hijo.
Ahora, el hecho de que un padre intervenga con un consejo oportuno a un hijo mayor de edad no desmerece a nadie tal como así lo afirmó Paolo en el diario La República (26/01/18): “Mis padres saben cómo controlarme. Siempre me dan consejos para que no baje la cabeza y no decaiga. Tengo que estar bien física y mentalmente. El cariño y consejo de mis padres y de la gente en las calles me da fuerza para seguir luchando. Muchas gracias a todos.”
Con estas actitudes positivas de cambio de estado de ánimo de Paolo y reconocimiento de errores de Cristian se retoma nuevamente la estela positiva de estos dos deportistas que deben seguir siendo referentes de nuestra niñez y juventud peruana y motivo de admiración y orgullo de nosotros los adultos. Lo interesante sería no incurrir nuevamente en los mismos errores y tener en cuenta que ambos son personajes públicos convertidos en íconos de millones de peruanos particularmente niños y jóvenes.