Natalia Otoya presentó ayer denuncia contra el cura. Esposo exige sanción para el supuesto sátiro.
Foto: Difusión
Trujillo.- A través de un comunicado de prensa, el Arzobispado Metropolitano de Trujillo marcó distancia del sacerdote Fausto Glicerio Dávila Ramos —acusado por Nataly Irene Otoya Tirado de presuntos tocamientos indebidos, mientras viajaba al interior de un bus de la empresa Ittsa, en la ruta Lima- Trujillo—, afirmando que este ya no pertenece ni ejerce su ministerio espiritual en nuestra jurisdicción desde que fue cambiado por su congregación a otra ciudad, el 31 de mayo último.
“Ante la divulgación en las redes sociales de un video en el que se acusa al sacerdote Fausto Ramos Dávila de comportamientos reñidos con la moral y buenas costumbres, el Arzobispado Metropolitano de Trujillo expresa que el religioso ejerció en Trujillo hasta el 31 de mayo del presente año, fecha en que su orden lo destinó a otra ciudad tras culminar el convenio de colaboración. Por tal motivo, ya no puede celebrar ningún sacramento en nuestra jurisdicción eclesial”, aclaró a través del documento.
Asimismo, la máxima institución de la iglesia Católica en Trujillo precisó que “no tiene autoridad jurídica ni pastoral sobre este sacerdote, pues es miembro de una orden religiosa (franciscana) y no está trabajando actualmente en esta Arquidiócesis, ya que está destinado a otra jurisdicción eclesiástica”.
En tal sentido, el arzobispado local manifestó que inmediatamente tomó conocimiento de lo publicado a través de las redes sociales, comunicó el hecho a los superiores de Dávila Ramos, “quienes son los que deberán tomar las acciones correspondientes ante lo sucedido”.
Cabe indicar que ayer por la mañana La Industria se comunicó con la denunciante, quien prometió brindar una entrevista a las 2.30 de la tarde. Sin embargo, hasta el cierre de edición se le llamó por teléfono, pero no volvió a responder las llamada.(la industria)