En la historia democrática del Perú, muchos son los llamados a las elecciones, pero solo unos cuantos los elegidos. Y de ellos, nunca han resultado vencedores aquellos que el gobierno de turno pone como candidato. Para ponerlo sencillo: ser candidato oficialista es casi siempre gastar balas sin darle al blanco. Y ahora que Milton von Hesse sería el aspirante a conseguir la continuidad del humalismo en las elecciones 2016, se pueden recordar casos similares.
Eso es lo que ha ocurrido desde 1985, cuando Javier Alva Orlandini intentó que Acción Popular prolongue su mandato cinco años y no pudo. O lo mismo en 1990, cuando Luis Alva Castro había decidido que pese al pasivo que representaba el primer quinquenio aprista, había que postularse. Hoy, en las elecciones 2016, Milton von Hesse es quien debe cargar con lo bueno y lo malo que hizo o dejó de hacer Ollanta Humala.
Recientemente, otros candidatos han tenido que empezar remando desde atrás luego de golpeados gobiernos. Las pugnas internas o la poca unanimidad en sus postulaciones también han sido complicaciones a afrontar al punto que algunos declinaron de seguir en la brega. A diferencia del caso de Milton von Hesse, por ejemplo, donde ser candidato del oficialismo en las elecciones 2016 ha hecho que se desembarque a Daniel Urresti sin que nadie alce la voz.
¿Podrá el oficialismo acabar con esta tendencia?(el comercio)