Por: Dionicio Mantilla León
Hace unos días en Huamachuco un grupo de 130 menores de edad, la mayoría de ellos niños y niñas, entre 11 y 12 años de edad, fueron hallados por la policía y el Fiscal Provincial en el interior de la discoteca EGA VIP en estado de ebriedad y, al parecer, drogados. Según la información que se maneja dicho establecimiento, que se encuentra ubicado en el centro de la ciudad, no contaba con licencia de funcionamiento municipal y, además, no era la primera vez que incurría en este tipo de bochornosos e ilícitos hechos.
Al margen de esta omisión administrativa de funcionamiento, que es competencia municipal corregir con urgencia, el hallazgo de este grupo de menores de edad en tales circunstancias provoca no sólo el estupor sino que debe ser materia de una profunda reflexión de los ciudadanos que angustiados nos preguntamos: ¿Qué está pasando con nuestra niñez y juventud huamachuquina? ¿Cuál es el rumbo que está siguiendo? ¿Cuáles son las causas? Y, lo más importante, ¿Qué debemos hacer para superarlo?
Inquietantes interrogantes que nos planteamos justamente en estos días en que los peruanos celebramos el día de la juventud y que nos podría inducir a poner en duda el futuro esperanzador que le espera a la juventud de esta parte de la patria. Una inducción que tiene un sólido sustento por cuanto no es un caso aislado ya que son varias veces que situaciones como las descritas se vienen repitiendo en la ciudad sin que alguien se atreva a corregir, preguntándonos y ¿Qué sanción han tenido los elementos inescrupulosos que los vienen organizando? ¿Y quiénes son los responsables de la conducta de la niñez y juvenil?
Una reflexión que inmediatamente nos lleva a orientar nuestra mirada hacia la fuente primaria de la educación de nuestros niños y nuestros jóvenes, como es el hogar, la que es, también, raíz o causal de dicha anomalía conductual. Ahora bien, si el comportamiento de la niñez y juventud es incorrecto es porque el funcionamiento de dicho hogar también es incorrecto, es decir existen malos ejemplos, no hay cultivo de valores o, sencillamente, existe un completo abandono moral.
¿Pero, acaso el hogar es el único responsable? ¿Y qué hay de la escuela? ¿Qué hay de las instituciones tutelares?¿ ¿Qué hay de los medios de comunicación?¿Qué hay de las instituciones comunales? ¿Qué modelos de conducta brindan todos ellos a nuestra niñez y juventud? ¿La responsabilidad del problema conductual de nuestra niñez y juventud no la tiene todo el entorno que le rodea? El tema en realidad es complejo y considero debe ser materia de un minucioso análisis.
Por ejemplo, ¿Qué tipo de estímulos y modelos se le brinda en la escuela? ¿No impera en varias de ellas (Felizmente no en todas) el “bulling” y los famosos “recreos largos”, esto último como señal de censurable desidia de los docentes que lo practican? ¿Acaso todos los centros educativos cuentan con centros de psico pedagogí; acaso se organizan a cabalidad “Las escuelas para padres”; se enseña a profundidad los efectos nocivos de las drogas? Algo más, ¿Acaso varios de los respetables templos del saber, como son los centros educativos huamachuquinos, no son alquilados por sus directores a instituciones y empresas para convertirlos en centros de bailes sociales y sus adicionales de bares y cantinas lo que trae consigo borracheras e inmundicia en sus servicios higiénicos y jardines escolares, todo ello ante la pasividad e indiferencia de las autoridades de la UGEL?
¿Qué modelo puede seguir nuestra niñez y juventud de las instituciones tutelares comenzando por las que nos gobiernan? ¿Acaso muchas de ellas no exhiben como censurables “galardones” su incapacidad y corrupción? ¿Y qué decir de la mayoría de medios de comunicación en general sobre todo de los medios televisivos y la prensa escrita de fuera. ¿Qué ejemplos positivos brindan ellos a nuestra niñez y juventud? ¿Acaso en los realty y telenovelas no se idealiza la violencia, la banalidad, lo superfluo, el adulterio y la fornificación y se inventan, malsanamente, sentimientos tan nobles como el amor entre sus participantes? ¿Acaso no se eleva a la categoría de “ídolo” y “héroe” al mayor narcotraficante de América Latina como Pablo Escobar en la telenovela “Escobar, el patrón del mal”? ¿Y qué decir de los noticieros y la mayoría de prensa escrita en donde casi la totalidad convierte en “héroes ” a los más sanguinarios y feroces delincuentes, extorsionadores y sicarios al presentarlos en primera plana y como la noticia más importante del día, soslayando lo positivo.
Estos son pues los “modelos” que la sociedad le ofrece a nuestros jóvenes. Por eso actúan como actúan. Lo que viene ocurriendo con nuestra niñez y juventud es el resultado de nuestro propio comportamiento y merece nuestra preocupación. Aparte de la fuerte sanción que merecen los elementos inescrupulosos que organizan el tipo de fiestas juveniles que ha motivado este análisis y al margen de las medidas que obligatoriamente deben tomar las autoridades pertinentes para evitar que se repitan, este problema debe ser motivo de profunda reflexión de parte de la comunidad orientado a operar un cambio positivo en nuestro actuar.
Nuestra juventud debe seguir siendo para nosotros la sociedad adulta la razón de ser de nuestro existir. Debe seguir siendo nuestro “divino tesoro” a cuidar. Debe seguir siendo nuestra más grande esperanza para el logro de un futuro promisor para el digno pueblo de Huamachuco y nuestra Patria. Por ello preocupémonos por brindarle los más idóneos modelos a seguir pues ese debe ser el rumbo de nuestra juventud. ¡¡¡¡ FELIZ DÍA DE LA JUVENTUD!!!!!!!!