La otra historia. El presidente de la compañía, el mexicano Óscar Gonzales Rocha, afirma que la Southern es un modelo de preservación del medio ambiente, y pone como ejemplo el caso de sus instalaciones de producción de cobre, pero Osinergmín y la OEFA la han sancionado varias veces.
Ángel Páez y Melissa Goytizolo
"El año 1999, Grupo México llega al Perú y decide realizar una gran inversión para poner en marcha un plan integral de mejoramiento ambiental con nuevas tecnologías en Southern Perú", dice el comunicado de la compañía minera que difundió en estos días como parte de una campaña para mejorar la imagen de la minera, afectada por el conflicto del proyecto Tía María.
Por el contrario, reportes oficiales del Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minas (Osinergmín) y de la Oficina de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) contradicen lo señalado por Southern. La empresa ha recibido 16 sanciones por daños ambientales, desde 2010 a la fecha. Cinco de estos incidentes se registraron en la refinería y fundición de cobre de Ilo, en Moquegua.
La República en reiteradas oportunidades solicitó a funcionarios de Southern que asignaran a un representante para que responda a preguntas sobre los casos de contaminación ambiental sancionados por el Estado, pero los voceros de Southern prefirieron el silencio (ver nota aparte).
Sin embargo, ayer la minera difundió un comunicado, adelantándose a la investigación de este diario, para informar lo siguiente: "Southern invirtió 600 millones de dólares para eliminar el problema de los humos de Ilo". Y añadió: "Southern cumplió con su compromiso al realizar la mayor inversión ambiental en la historia del Perú".
La historia no es precisamente como la escribe Southern.
El 31 de enero de 1997, la minera Southern y el gobierno peruano suscribieron un acuerdo, comprometiéndose la empresa a modernizar la fundición y la refinería de cobre de Ilo mediante el riguroso cumplimiento de un Programa de Adecuación de Manejo Ambiental (PAMA), con la finalidad de reducir los altos niveles de contaminación en la zona.
A la refinería y fundición de Ilo llegan los minerales concentrados obtenidos de Cuajone (Moquegua) y Toquepala (Tacna), de propiedad de Southern.
Diez años después, el 30 de enero de 2007, Southern dio por concluido el PAMA e inauguró nuevas instalaciones, como el horno Isasmelt. "Este acto representó la puesta en marcha de la moderna planta cuya tecnología cumple los más altos estándares de eficiencia a nivel mundial. Southern expresa su satisfacción por haber cumplido totalmente con el PAMA, el país y el pueblo de Ilo", destacó la compañía en una nota de prensa oficial.
Con este acto, Southern anunciaba que había reducido los niveles de contaminación que producía la refinería y fundición de cobre de Ilo. No fue así.
Poco después, un grupo de especialistas contratado por Osinergmín, entre el ocho y 18 de mayo de 2007, verificó si Southern había cumplido con el PAMA. Los expertos emitieron su informe el 22 de abril de 2008, en el que indican que Southern había superado los límites permisibles de contaminación señalados por el Ministerio de Energía y Minas.
Estado de alerta
El límite máximo para emisión de partículas al aire de la chimenea del horno Isasmelt es de 100 miligramos por metro cúbico. Pero los técnicos detectaron emisiones de 187.9 y hasta 219.4 miligramos por metro cúbico. Esto es, Southern superaba largamente los límites de contaminación.
Durante la auditoría ambiental también se detectaron tres efluentes de líquidos arrojados al mar por la fundición. Los técnicos señalan en el informe que dichos efluentes contaminantes no estaban autorizados por el PAMA. Por si fuera poco, en uno de los efluentes, el que estaba ubicado a 50 metros de la puerta de acceso a la fundición, los especialistas descubrieron una concentración de arsénico de 8.009 miligramos por litro, que supera largamente el límite permisible de 1.0 miligramos por litro, señalado por el Ministerio de Energía y Minas.
Osinergmín volvió a auditar a la refinería y fundición de Southern, el 17 de julio de 2007. Nuevamente los técnicos encontraron que la compañía violentó las normas de protección ambiental.
Por un lado, detectaron emisiones de partículas al aire del horno Isasmelt de entre 394.36 hasta 610.62 miligramos por metro cúbico, cuando el límite permisible es de 100 miligramos por metro cúbico. La contaminación había aumentado hasta seis veces.
Poco cambió en el transcurso del tiempo.
Del 17 al 21 de noviembre de 2009, expertos contratados por Osinergmín aplicaron una tercera evaluación. Encontraron emisiones de partículas contaminantes de 136 miligramos por metro cúbico, cuando lo permitido es 100.
El estudio destaca las consecuencias de la contaminación comprobada en las instalaciones de Southern en Ilo: "Las partículas (que emite el horno Isasmelt) incrementan las reacciones químicas en la atmósfera; reducen la visibilidad; reducen la radiación solar, con los cambios en la temperatura ambiental y en las tasas biológicas de crecimiento de las plantas; riesgo para los pulmones; ensucian las materias del suelo; incrementan la posibilidad de precipitación (lluvias), la niebla y las nubes".
¿Desconocía estos hechos la Southern? No.
Alarmas en rojo
La compañía estaba informada del daño medioambiental que cometía. Por eso solicitó a Osinergmín la aprobación de un "Plan de Cese de Proceso/Instalación correspondiente a la Chimenea de Higiene del Edificio Horno Isasmelt", aprobado el 23 marzo de 2009.
En 25 meses, Southern debía reducir hasta los límites permisibles las emisiones contaminantes de la refinería y de la fundición de cobre de Ilo. Esto significaba que la empresa estaba perfectamente informada sobre las emisiones contaminantes.
De acuerdo con reportes de la OEFA, Southern cuenta con 16 sanciones por casos de contaminación ambiental. Esto es lo que no menciona la publicidad de Southern.
Efectivamente, tres años después de la primera auditoría a Southern, cuando se detectó que había incumplido con el PAMA –al comprobarse la existencia de emisiones de partículas al aire del horno Isasmelt–, Osinergmin el 27 de mayo de 2010 multó a la compañía minera. Southern ha recurrido al Poder Judicial para no pagar.
El 13 de noviembre de 2012, OEFA multó nuevamente a Southern, esta vez por el caso de contaminación reportado el 17 de julio de 2007 en Ilo.
El 9 de enero de 2014, una vez más OEFA sancionó a Southern por haber superado los límites máximos permisibles de la emisión de partículas del horno Isasmelt, según la auditoría aplicada en la instalación de Ilo, entre el 17 al 21 de noviembre de 2009. Como en otros casos, la minera no pagó. Más bien apeló la sanción. El caso está pendiente.
El 29 de mayo de este año, el presidente de la Southern, el mexicano Óscar Gonzales Rocha, entrevistado en el programa de televisión “La Hora N”, expresó que no comprendía por qué la población se expresaba en contra de la compañía si durante su trayectoria en Perú había sido muy cuidadosa con las normas de preservación ambiental. Evidentemente, obviaba las sanciones de Osinergmín y la OEFA.
“Cumplimos con la modernización de la fundición, no hay ningún problema de humos en la población de Ilo, después de la inauguración en 2007", señaló.
Sin embargo, como está demostrado documentalmente, después de la modernización de las instalaciones de Southern en Ilo, las auditorías detectaron contaminación ambiental.
"Creemos que hemos hecho las cosas bien en Ilo. Es una de las poblaciones de mayor desarrollo del Perú y que tiene los Índices de Desarrollo Humano más altos, según las Naciones Unidas. (...) No creemos que la empresa haya hecho mal las cosas”, destacó el presidente de Southern, quien se negó a una entrevista con La República.
La Fiscalía de Prevención del Delito de Ilo se enteró de los hechos y denunció por delitos ambientales Óscar Gonzáles Rocha. Este hecho no aparece en la campaña publicitaria de la compañía minera, propietaria del proyecto Tía María.
La compañía cierra sus puertas
El 28 de mayo pasado, La República acordó con el director de Asuntos Ambientales de la Southern, Darío Oviedo Calderón, remitirle un cuestionario en relación al récord de sanciones a la empresa por contaminación en la refinería y fundición de cobre de Ilo.
La empresa comunicó que la solicitud también había sido derivada al superintendente de Relaciones Públicas de la Southern, Guillermo Vidalón del Pino.
Luego de dos semanas de no recibir ninguna respuesta, este diario reiteró la petición de información, el ocho de junio. Tampoco hubo comunicación.
El 24 de junio, Darío Oviedo prometió una vez más responder a las preguntas. Como en las anteriores ocasiones, este diario no recibió nada.(la república)