Por: Dionicio Mantilla León
El 18 de este mes el Congreso de la República aprobó por mayoría la Ley que exonera de manera permanente de todo tipo de contribuciones las gratificaciones de Fiestas Patrias y Navidad de los trabajadores públicos y privados. Esto comprende a los aportes a ESSALUD, AFPs, ONP y SENATI, pero no al impuesto a la renta. Además, faculta a los trabajadores a retirar el 100 % de su CTS.
Esta norma, que ha motivado lógicamente la complacencia de los trabajadores, no ha producido la misma reacción de parte del gobierno, funcionarios de ESSALUD y los congresistas oficialistas quienes advirtieron de los riesgos que significaba la aplicación de la Ley porque, según dijeron, afectaría la sostenibilidad de ESSALUD, el sistema nacional y privado de pensiones.
Argumento que fuera rebatido por el impulsor de la Ley, Congresista, Víctor Andrés García Belaunde, afirmando que “ESSALUD no está en falencia y le sobra dinero comprobado esto porque ha invertido, sin el permiso de los asegurados, 1,750 millones de soles en la Bolsa de Valores; asimismo, ha invertido en la compra de acciones en CINEPLEX, Luz del Sur y en Agro Industria Tumán, empresas comerciales en donde, por un mal manejo financiero de los directivos de ESSALUD, viene perdiendo dinero, un dinero que no es suyo sino de los asegurados”. Una rotunda afirmación que no ha sido desmentida por el gobierno lo que significa que es verdad.
A esta falsedad de supuesta falencia económica esgrimida por ESSALUD se unen otras dolencias que de hecho desdibujan la imagen y el prestigio de esta entidad neurálgica del Estado, dolencias que lo han convertido en una pesadilla para los trabajadores y que urge solucionar. Es así que para ningún trabajador asegurado a ESSALUD le es ajeno el pésimo servicio que recibimos en la mayoría de establecimientos médicos de la seguridad social del país con un personal médico y de enfermeras que nos atienden como si nos estuvieran haciendo un favor, que llegan a consultorios externos a las 8.15 a.m. y se van a la 1 p.m., es decir que trabajan (Con escasísimas excepciones) sólo 4 horas cuarenta y cinco minutos, pero cobran por una jornada de 8 horas un jugoso sueldo superior al que reciben médicos y enfermeras del Ministerio de Salud.
Para nadie es desconocido tampoco que para casi todas las enfermedades los médicos de EESSALUD recetan los mismos medicamentos, esto es, Ibuprofeno, Paracetamol, Amoxicilina, Sulfato ferroso y, nada más, como si fueran “las divinas y milagrosas panaceas curalotodo” y si el paciente tiene enfermedades graves les señalan fechas de citas para después de dos a tres meses cuando ya el paciente se agravó más y, en el peor de los casos, ha muerto.
Ni que decir del deprimente, inhumano y vergonzoso cuadro que exhiben los hospitales como el “Víctor Lazarte”, de Trujillo, con pacientes en los pasadizos de Emergencia, así como las largas colas que se forman para ser atendidos en los centros médicos de la periferia: Moche, Florencia de Mora, Esperanza, etc; mientras, que el ostentoso Hospital de Alta Complejidad que costara millones de soles a los asegurados luce como un gigantesco elefante blanco colmado de empleados, sin pacientes y tampoco hospitalizados. Un escenario que nos indica la improvisación e ineficiencia tanto de los directivos a nivel nacional como de los gerentes y directores de los hospitales de ESSALUD de nuestra región.
Como cereza que completa el pastel tenemos el Centro Médico de ESSALUD de Huamachuco cuya creación fuera gestada por quien les habla a comienzos de 1980 y que funcionara eficientemente durante los primeros años de creación bajo la dirección de los prestigiosos médicos Carlos Manuel Flores, Bayona, James Luna Marreros, entre otros, y , que, hoy, es objeto de fuertes críticas de parte de los asegurados por el mal trato que reciben, así como por lo inadecuado de su local. Un tema que debe ser abordado por los mismos asegurados a través de sus sindicatos SUTE S.C., SUTESALUD, SITRAMUN y, otros , con apoyo de las autoridades provinciales.
En verdad, ESSALUD sufre de muchas dolencias. Es una entidad para estatal solventada con los aportes pecuniarios de millones de trabajadores que en la actualidad es pésimamente gerenciado por un personal ineficiente (Con muy escasas excepciones) colocado ex profesamente por el Gobierno, para, al igual que otras empresas del Estado, ofrecer una imagen de ineficiencia generalizada con el oscuro objetivo de justificar su privatización, un objetivo que impulsa siguiendo los lineamientos de su política neoliberal de desprestigiar y eliminar el rol empresarial del Estado, para luego privatizar todo el aparato estatal.
No otra cosa se entiende pues teniendo millones de soles en reserva lo invierte en la bolsa de valores y en la compra de acciones de empresas privadas en lugar de invertirlo en el mejoramiento de la infraestructura, equipamiento y dotación de medicamentos de calidad de sus hospitales y centros médicos. Desvío de inversión no autorizado por los asegurados. Y así las cosas todavía se quejan porque no van a poder descontar nuestras gratificaciones. Sinceramente que la verdadera solución sería que la Central General de Trabajadores (GTP) plantee la urgente reestructuración de esta entidad.