Créditos:RPP/Julio Correa
Perseverancia de niños y adolescentes descendientes de los wamachukos les obliga a utilizar motos y mototaxis para vencer agreste geografía del ande e ir al colegio.
* Pese al inclemente frío de las mañanas, lluvia, niebla o granizo, los adolescentes saben que la única manera para salir de la pobreza, aquella que carcome los cimientos de nuestra sociedad, es la educación.
Cuando la geografía resulta ser un obstáculo y las condiciones adversas parecen presentarse de manera cotidiana, surge el ímpetu juvenil para salir adelante.
Ese impulso por vencer las adversidades es innato en pobladores descendientes de los wamachukos, aquellos valientes pobladores andinos que forjaron su propia cultura e idioma.
En la provincia de Sánchez Carrión, ande de la región La Libertad, es común ver a niños y adolescentes manejar con inusual facilidad motos y mototaxis para trasladarse por la accidentada geografía.
Pero lo que nos llama la atención, es ver a escolares coger estos pesados vehículos para ir al colegio, desafiando incluso las normas.
Estas motos utilizadas como medio de entretenimiento en la zona urbana, se convierten en medios indispensables para estudiantes, quienes tienen que sortear lugares agrestes.
Pese al inclemente frio de las mañanas, lluvia, niebla o granizo, los adolescentes saben que la única manera para salir de la pobreza, aquella que carcome los cimientos de nuestra sociedad, es la educación.
Eso lo aprendieron de Ciro Alegría, representante de la narrativa indigenista, marcada por la creciente conciencia sobre el problema de la opresión indígena y por el afán de dar a conocer esta situación.
Es por eso que cada mañana, ni el frio que agrieta los pómulos, logrará vencer la inacabable perseverancia de una juventud pujante que no deja que sus sueños sucumban, ante una sociedad que se muestra impávida, frente a las necesidades de los más olvidados.
Por: Julio Correa Lecca (RPP)