sábado, 26 de abril de 2014

Pedir no es ofensa

El Cardenal Odón de Chateauroux ( 1273), en un discurso pronunciado ante los Frailes Menores, observó ya el lugar preeminente que en la vida del Pobrecillo (Francisco de Asís) ocupa la caridad. Después de haber exaltado la austeridad de su pobreza, continúa diciendo: «No fue ciertamente por la literatura o la ciencia como el bienaventurado Francisco descubrió este género de vida, sino por el fervor y la devoción de su caridad, ya que sólo por el ardor de la caridad puede llegarse a un tal renunciamiento».

Bien claro está que quienes somos franciscanos o nos pintamos de negro en la fiesta del Taita Pancho debemos practicar la caridad, dejando de lado el egoísmo, la soberbia o autoritarismo que nos convierte en instrumentos de poder, dinero, vanidad o interés personal de querer ser aclamado cuando no lo somos.
 
Me pregunto: pedir se nos informe si es permitido hacer política electoral cuando asumimos un rol franciscano, ¿es difamar? Pedir se evalúe la posibilidad de brindar el local de la hermandad a las familias necesitadas o que no tienen espacio en sus viviendas para velar los restos mortales de sus familiares, sean socios o no, ¿es calumniar?

Quienes nos hemos pintado de negro desde pequeños, mientras algunos se reían desde sus casas en la plaza de armas, bajo el título de ser pitucos, creemos estar en los justo, como socios, de ser informados, porque cuando no se informa, hay caldo de cultivo para muchos comentarios.

Que se tenga que hacer lo mejor, que se haga, pero no nos escudemos en la frase ¡por el Pancho!, porque como todos dicen el Pancho te ayuda, pero cuando castiga, castiga de verdad.(Beto Mendoza)