Un 4 de febrero de 1985 Juan Pablo II bendijo tierras liberteñas con su presencia en esta calurosa y hospitalaria ciudad.
Un millón de personas acudió a lo que ahora es el Óvalo Papal para escuchar su mensaje.
TRUJILLO. En Trujillo el Papa Peregrino hizo un alto en el caminio y ofició una misa destacando en su homilía el esfuerzo y la abnegación de los más necesitados para cumplir con su trabajo. Al mismo tiempo hizo un llamado a los empresarios para que sean más justos con sus trabajadores.
Juan Pablo II necesitaba descansar y lo hizo en el Palacio Arzobispal. Correo tuvo acceso al dormitorio donde descansó el Papa. A través de este reportaje gráfico les mostramos los objetos que uso el pontífice en su estancia en la Ciudad de la Eterna Primavera. Las reliquias están allí.(correo)