Se necesita tomar emdidas de prevención.| Foto. Referencial
Recordemos 1998 y la furia de El Niño. Miles de familias vieron afectados sus bienes cuando una avenida se precipitó sobre Trujillo.
Tal como comentamos ayer en este mismo espacio editorial, respecto del advenimiento del fenómeno El Niño y las malas prácticas de titulación de viviendas en zonas peligrosas, tenemos la muy mala noticia de que más de 2 mil familias han sido formalizadas por diversos municipios locales. Se les ha entregado títulos de propiedad en áreas vulnerables a inundaciones ubicadas en las quebradas San Ildefonso, Río Seco y El León.
Aunque el subgerente de Defensa Civil de la Municipalidad Provincial de Trujillo (MPT), César Flórez Corbera, no haya querido precisar cuáles son estas municipalidades, es obvio que hay tres que destacan: Florencia de Mora, El Porvenir y La Esperanza.
Recordemos 1998 y la furia de El Niño. Miles de familias vieron afectados sus bienes cuando una avenida se precipitó sobre Trujillo en las citadas quebradas. El volumen de agua, piedras y lodo descalabró el débil muro de contención
que protegía al antiguo cementerio chino, con los resultados que todos conocemos. ¿O acaso nadie recuerda ya qué ocurrió?
La segunda parte de esta historia se reescribirá cuando ocurra una tragedia como la de 1998, no a mediados de este año cuando El Niño llegue con menor intensidad. Las autoridades ediles serán las primeras en convocar la solidaridad cuando muchas de las cinco mil familias que viven en medio de los cauces de las quebradas, sufran las consecuencias de su irresponsabilidad, de la de los burgomaestres que les extendieron una licencia para suicidarse y de un sistema perverso que no hace nada para cambiar ese estado de cosas.
Cuando eso ocurra, mucho más gente que antes se resistirá a ayudar a estas personas. Y no podremos culparlas de su actitud. Aunque muchos nos solidaricemos, ayudemos y llamemos al resto a hacerlo, también será ocasión para individualizar las responsabilidades. Por ello, los alcaldes irresponsables deberán ser denunciados penalmente (tendría que ocurrir ya mismo) para que se obligue a detener un crimen que se comete con conocimiento, alevosía y ventaja.
(la industria)