Créditos:RPP/Davinton Castillo
Escenario de historias que rozan el misterio, el cerro Campana es un auténtico mirador ancestral todavía no valorado en su plenitud.
- Estudios relativamente recientes señalan que la montaña fue escenario de sacrificios humanos que formaron parte del ímpetu religioso de la cultura Mochica hace unos mil 600 años.
Se dice del cerro Campana que es un Apu, denominación quechua que implica señorío. Se trata de un concepto ancestral que atribuye a ciertos espacios geográficos una suerte de cualidades vivientes e influencia directa en los ciclos vitales de la zona que dominan.
Puede ser que como producto de esas antiquísimas consideraciones, el cerro Campana se vea envuelto siempre en un aura de incógnita.
Estudios relativamente recientes señalan que la montaña fue escenario de sacrificios humanos que formaron parte del ímpetu religioso de la cultura Mochica hace unos mil 600 años.
Como tabernáculo místico u observatorio espacial, el cerro Campana resulta ser un espacio reservado para el misterio.
El hallazgo de geoglifos antropomorfos que perduraron gracias a la protección de la flora, añade un punto más para el análisis del real significado y valor de la montaña.
Guiándose por la inquietud y sin otra preparación que la teórica asimilada de los textos, es posible llegar hasta la colina para observar, desde lo alto, lo maravillosa que puede ser la naturaleza.
Allí arriba y aprovechando para respirar algo del aire puro que tanta falta hace en las ciudades, es factible recordar que el cerro Campana alberga también a más de 254 especies de flora y 118 de fauna.
En la zona, también es posible observara a la famosa águila de pecho negro o al tradicional zorro costeño, tal como lo señalan los libros.
Pero si los avatares de un fin de semana no lo permiten, se puede satisfacer la curiosidad al apreciar seguramente a las simpáticas lechuzas, varias bulliciosas aves e infinidad de insectos bastante extraños por su tamaño y color que pululan sin cesar.
No es necesario permanecer por mucho tiempo en la montaña para disfrutar de tanta maravilla natural, sin embargo, nadie se sentirá defraudado por un fin de semana completo entregado a la llamada madre tierra.
Nadie puede asegurar si el ocasional visitante retornará del cerro Campana imbuido de visiones que marcarán su existencia así como algunos lo argumentan, pero sin duda la experiencia será inolvidable para los sentidos.
Lamentablemente, así como el cerro Campana, en La región La Libertad, se cuentan por decenas las maravillas naturales que reciben la indiferencia de las autoridades como única respuesta a su sigiloso pero urgente requerimiento de atención.
Por ello, resulta imperativo articular un trabajo de resguardo y valoración de nuestros recursos naturales.
Por: Julia Góngora (RPP)