Maduro ha dicho que enfrenta un intento de golpe de Estado y responsabilizó a líderes de la oposición por los sangrientos enfrentamientos de esta semana.
Miles de empleados públicos y seguidores del gobierno venezolano salieron a marchar por el centro de la capital para respaldar al presidente Nicolás Maduro y condenar los violentos incidentes ocurridos esta semana en Caracas y otras ciudades del interior del país.
Maduro, heredero político del fallecido Hugo Chávez, ha dicho que enfrenta un intento de golpe de Estado y responsabilizó a líderes de la oposición por los sangrientos enfrentamientos de esta semana que han dejado tres muertos y centenares de heridos graves.
Las manifestaciones son la última prueba de fuerza entre el presidente y la oposición, que protesta por el rápido deterioro de la calidad de vida en el país.
Pero estas también expusieron una fractura dentro de la oposición, donde el mayoritario sector moderado liderado por el dos veces candidato presidencial Henrique Capriles sostiene que la violencia solo favorece al gobierno.
La noche del viernes,miles de manifestantes opositores que trancaron una autopista principal de la capital fueron replegados con bombas lacrimógenas y ráfagas de agua, en una batalla campal con los cuerpos de seguridad.
La mañana de este sábado las calles de la zona amanecieron con paredes pintadas con grafitis, cristales rotos y escombros de las barricadas improvisadas por los opositores, en su mayoría estudiantes.
EFE
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