Víctimas tienen ganas de vivir a pesar de las secuelas que les dejó la terrible desgracia. El 13 de abril, La Libertad amaneció consternada por la muerte de 42 personas.
Violeta Rojas está postrada en la cama. Era profesora de música. Foto: A.
Trujillo. El relato de estas cinco personas pueden ser distintos, pero su historia es la misma. El tiempo y la provincia donde laboraban—Huamachuco—, el bus que abordaron para regresar a Trujillo, la pérdida de sus trabajos, la indiferencia de la empresa de transportes Horna, su vida trasfigurada, el sufrimiento… todo eso los une. Desde el 13 de abril hasta ahora se han preguntado ¿Por qué a mí? Sin respuesta.
Ese día un ómnibusse precipitó a un abismo cerca de Otuzco. Murieron42 pasajeros; menos nueve. Menos ellos. La Industria ingresó a cada uno de sus hogares paraconocer como se vive cuando se ha estado cerca de la muerte. Además, para aclarar detalles de la tragedia, que, a pesar de haber ocurrido hace 5 meses, aún no se esclarece. También, para testificar sus esfuerzon por vivir. Vivir normal. Como antes.
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