domingo, 20 de octubre de 2013

Bomba del Ejército cayó a 20 metros de la escuela primaria de Mazángaro

Así quedaron varias casas del poblado de Nueva Esperanza. Sus moradores se preguntan quién los reparará por los daños, y por sus heridos.

Denuncia. Autoridades y pobladores de la comunidad suscribieron un acta en el que dan cuenta que hay dos casas totalmente destruidas, 15 con los techos y paredes afectadas, y que entre los heridos había un niño de tres años. En el Comando Cpnjunto señalan que la investigación abierta determinará responsabilidades.

María Elena Castillo H.

El pasado jueves, al día siguientes del operativo militar en el que bombardearon el centro poblado de Nueva Esperanza de Mazángaro, autoridades y pobladores de la zona firmaron un acta denunciando que no es la primera vez que el Ejército comete abusos de autoridad en el marco de la lucha contrasubversiva.

El documento, suscrito por treinta pobladores de la localidad –ubicada en el distrito de San Martín de Pangoa (Junín)– señala que la bomba causó graves destrozos y dejó varios heridos.

"La bomba explosionó en el centro del pueblo de Nueva Esperanza a unos 20 metros de la Institución Educativa de nivel Primaria", indica el acta.

En el documento se agrega que dos viviendas fueron totalmente destruidas, y las paredes y techos de 15 casas resultaron afectados. Añadieron que producto del impacto resultaron varios heridos, entre ellos un niño de tres años de edad, identificado como Jonatan Montes Curasmo.

Indicaron, además, que dos personas quedaron heridas de gravedad y "arrojaron sangre por la boca y oídos".

"Lo actuado por el Ejército al botar la bomba de gran alcance a nuestro pueblo es un abuso de autoridad", se sentencia en el acta.

Los pobladores negaron las versiones que daban cuenta de que el operativo militar se habría realizado porque en la localidad habían terroristas infiltrados que planeaban atacar la base militar, que se levanta sobre una elevación, a 100 metros de Nueva Esperanza.

"Los afectados son agricultores que carecen de economía", se dice, y se señala como falso que se hubieran producido "movimientos extraños cerca del perímetro de la base".

"Nos involucran como si fuéramos terroristas y esa versión por parte del Ejército es falso. La población está totalmente indignada", se expresa en el documento.

IBAN A "LIMPIAR" LA ZONA

La República encontró a Alberto Toscano, uno de los pobladores que suscribió el documento. Él relató que la noche del miércoles se encontraba en la puerta de la casa del teniente gobernador, junto a otros pobladores, en el momento en que se produjo el bombardeo.

"Vimos el helicóptero, que dio una vuelta, pero no nos asustamos porque los militares nos advirtieron que no salgamos del pueblo, que nos fuéramos a nuestras chacras porque iban a limpiar la zona", dijo.

Refirió que al dar la segunda vuelta escucharon un sonido fuerte que los alarmó.

"Me tiré al suelo y entonces sentí que reventó la bomba. A mi costado vi a mi vecino Paulino, que estaba tirado. Cuando pasó todo me acerqué y vi que su cabeza estaba con sangre. Él murió poco después", refirió.

Alberto no podía creer loque ocurría, no entendía por qué los habían atacado. Solo había tierra, casas destruidas y gente corriendo.

Precisa que por indicación del Cuartel de Pichari, desde el lunes la comunidad no saliera a trabajar a sus chacras. Estaban esperando que, como en otras oportunidades, el Ejército culmine las operaciones contrasubversivas, para retornar a la normalidad.

Sin embargo, en lugar de eso, cayó la bomba.

"Antes han hecho operativos en el campo ¿por qué lo hicieron ahora en el pueblo? ¿O acaso quisieron reunirnos para matarnos?", inquirió indignado.

UNA SOLA CALLE

El poblado de Nueva Esperanza consta de apenas una calle en la que están el colegio de primaria y algunas casas.

"La bomba cayó a 20 metros del colegio, cerca de la casa del teniente gobernador y de otras familias. Es que todo está en la misma callecita", comentó Toscano.

Sostuvo que a la escuela asisten unos 15 niños de la localidad, y advirtió que hubieran lanzado el artefacto explosivo de día, la lista de heridos y muertos hubiera sido mayor.

"La escuela ha quedado sin techo y se han caído varias tablas que hacen de pared. Ahora, nuestros hijos no tendrán dónde estudiar", expresó.

Alberto da fe de que el pequeño Jonatan resultó herido a raíz de la detonación. Contó que fue trasladado junto con su padre, Joel Montes, porque ambos tenían cortes en la cabeza y estaban sangrando.

"En Pichari los atendieron y luego regresaron al pueblo. Yo me fui a Huamanga a ver a mi hermano, Gabino, que tenía una fractura grave", contó.

Por su parte, fuentes del Comando Conjunto confirmaron que en el Hospital de Campaña del Ejército de Pichari se atendió al niño, pero a solicitud de sus padres.

Aseguraron que no se incluyó su nombre en la lista de heridos difundida por ellos el jueves porque el menor fue llevado por su madre como si ambos hubieran acompañado al padre, Joel Montes, quien si figura en la relación entregada por los militares.

Informaron que el jefe del Comando Conjunto, vicealmirante José Cueto, ha ordenado una exhaustiva investigación a fin de determinar quiénes fueron los responsables de este operativo.

Mientras tanto, los pobladores de Nueva Esperanza de Mazángaro, se han negado a ser empadronados por los militares que llegaron a la zona al día siguiente del operativo y más bien piden que se retire la base del lugar.

FISCALÍA YA INVESTIGA LA INCURSIÓN FALLIDA

Ni bien se produjo el operativo en el Centro Poblado Nueva Esperanza de Mazángaro, representantes de la oficina de Ayacucho de la Defensoría del Pueblo se entrevistaron con Gabino Toscano Curo, poblador herido y que está internado en el Hospital Regional de Huamanga, para verificar su estado de salud.

Verificó que Toscano está recibiendo la debida atención y que hasta el momento el Ejército se está haciendo cargo de todos los costos que implica su recuperación.

El caso está siendo investigado por el fiscal Mariano Velardo. Informó que todos los actuados, así como las diligencias de las pesquisas serán derivados a la Fiscalía de Satipo, pues a esa dependencia le compete continuar las investigaciones.

Velarde tuvo a su cargo el levantamiento del cuerpo de Paulino Huamán, quien murió en el operativo.

“El occiso no presenta herida por arma de fuego ni esquirlas, al parecer murió por impacto de objetos contundentes (rocas)”, señaló el fiscal Velarde.

El representante del Ministerio público también ha recogido la versión de Gabino Toscano, quien dio su primera declaración en el Hopital de Campaña de Pichari, donde recibió la primera atención médica.(la república)