UN ANECDÓTICO PASAJE DE LA HISTORIA PATRIA AL RECORDARSE EL 192 ANIVERSARIO DE LA INDEPENDENCIA DEL PERÚ
Por: Dionicio Mantilla León
Transcurrirían aproximadamente tres siglos de sojuzgamiento hispano para que las puertas del Virreynato del Perú fueran tocadas por los vientos frescos de la libertad y la independencia. Uno de los centauros de la libertad de la Patria que las tocó fue el General argentino, José de San Martín, quien luego de liberar su país, que en ese entonces se denominaba Provincias Unidas del Río de la Plata, transmontara la cordillera de los Andes para liberar Chile.
Empero, comprendiendo que la independencia de Sud América no estaba garantizada sino se independizaba primero la cabeza de las colonias hispanas, como era el Perú se propuso emprender esa heroica cruzada arribando a territorio peruano un 8 de setiembre de 1820 desembarcando con el Ejército Libertador en la caleta de Paracas, provincia de Pisco.
La tarea era extraordinaria, titánica y demandaba la organización de un poderoso ejército por lo que, el también llamado “Santo de la Espada”, se abocó a desarrollar toda una campaña de concientización enviando mensajes y mensajeros a Lima y pueblos cercanos invitando a plegarse al movimiento independentista. Entre los primeros en hacerse eco de esta invitación fueron los heroicos pueblos del norte liderados por Trujillo el que proclamara su independencia un 29 de diciembre de 1820. El sueño de San Martín era liberar el Perú y a eso apuntaba su interés. Lograr un Perú libre significaba lograr una Sud América también libre. Significaba un Perú libre e independiente del yugo español e identificado con sus propios símbolos cívicos. Independencia que fuera proclamada un 28 de julio de 1821 en la plaza de Armas de Lima. Un motivo de orgullo y reflexión nacional sobre todo hoy que recordamos con unción patriótica el 192 aniversario de dicho magno acontecimiento.
LA PRIMERA BANDERA
Narra un pasaje de la historia de nuestra emergente patria que estando en Paracas meditaba el libertador en la gran proeza a emprender sintiéndose como un padre haciendo planes para procrear el hijo soñado. Fatigado por el viaje se recuesta junto a una palmera y cae en profundo sueño pensando siempre en como sería la primera bandera de la nación pronto a liberar. Al despertar una numerosa bandada de hermosas aves surcaba los cielos. Tenían las alas color rojo intenso y el pecho blanco. Eran flamencos o parihuanas, aves propias de esas tierras. Impresionado gratamente por ese desfilar de aves rojiblancas expresó entusiasmado que esos serían los colores de la futura bandera peruana. Compartiendo su entusiasmo con uno de sus compañeros de armas en este diálogo:
_ ¡General Las Heras!. ¿Ve aquella bandada de aves que se dirige hacia el norte?
_¡Sí!- respondió –
_ ¡Parece una bandera!-afirmó nuevamente el libertador.
_Efectivamente! _Dijo Las Heras.
_¡Esa es la bandera de la libertad! ¡Blanca y roja! ¡Bandera de la Libertad peruana que venimos a conquistar!