Sin duda sorprende saber que el gerente regional de Educación, Willard Loyola Quiroz, planea desactivar la Comisión de Atención a Denuncias y Reclamos (Cader)
El dilema de desactivar la Comisión de Atención a Denuncias y Reclamos
Sin duda sorprende saber que el gerente regional de Educación, Willard Loyola Quiroz, planea desactivar la Comisión de Atención a Denuncias y Reclamos (Cader). Se trata del único organismo que investiga las quejas administrativas efectuadas contra los maestros. El Cader regional le seguiría los pasos,así, al de Lima, desactivado y reemplazado por una Comisión de Ética.
Entendemos que el Ministerio de Educación ha obrado de esa forma en busca de darle mayor operatividad al nuevo organismo. Pero tememos que la implementación de la Comisión de Ética en La Libertad demore tanto que deje de conocer algunos casos de los que se debe encargar.
Para ello, la Gerencia Regional de Educación está a la espera de la opinión jurídico–técnica del área de Asesoría Legal. Lo que debería hacerse, en todo caso, es evaluar cuál ha sido el desempeño del Cader regional y hacer los ajustes que sean necesarios para su buen funcionamiento. Es claro que una
dependencia que realiza esa labor tiene una autonomía mediatizada debido a su organización centralizada, calco y copia de Lima.
El problema con esa entidad es la escasa publicidad con la que realiza su labor. Convendría que se disemine con mayor frecuencia y énfasis las noticias que surjan de ella, para que se tenga un cabal conocimiento de su labor.
Resulta en ese sentido sintomático que los dirigentes del Sindicato Unitario de Trabajadores por la Educación del Perú (Sutep) de La Libertad se hayan pronunciado contra su desactivación.
No queremos pecar de suspicaces, pero es muy posible que el reclamo gremial tenga que ver con defender a un Cader que no les ha sido funcional, auque sí ha carecido del énfasis para dar a conocer su labor.
Pocos pueden asegurar que en efecto el Cader haya tenido una actuación clave para frenar e iniciar procesos administrativos frente a faltas constantes como son la omisión de funciones, denuncias de maltratos, acoso y hostigamiento sexual, entre otras.
Siendo que el Ministerio Público se encarga de las investigaciones correspondientes en estos últimos casos tendríamos que quedarnos tranquilos. Pero resulta que el sistema judicial en general tiene fallas y pasivos que pueden derivar en situaciones como la de la semana pasada, en que el probado y
confeso violador de una menor fue condenado. No así sus cómplices, a quienes se liberó a las calles para que sigan cometiendo sus fechorías.
Por eso, antes de lanzar una botella al mar, para que ver qué pasa hay que exigir mínimas señales de que se puede trabajar con el Cader. Por lo pronto, la reconversión de su nombre puede ser estética. Lo que se requiere es ir más allá para proteger a los escolares de los peligros que los acechan dentro de la propia escuela. He allí la labor que debe quedar garantizada.(la industria)