Campesinos cajamarquinos han creado grupos denominados ´guardianes de las lagunas´, que buscan protegerlas y evitar un eventual transvase de sus aguas hacia los reservorios.
Cientos de campesinos en Perú llegaron cerca de un proyecto de oro de la estadounidense Newmont para protestar contra obras clave que definirían el futuro del plan de 5.000 millones de dólares, detenido desde hace un año por el rechazo de pobladores que temen contaminación, dijeron el miércoles dirigentes.
El desarrollo del proyecto Conga de Newmont y la peruana Buenaventura, en el norte de Perú, ha generado anteriormente violentas protestas y hasta provocado cambios en el gabinete del presidente Ollanta Humala.
El Gobierno peruano ha exigido a Newmont y Buenaventura la construcción de cuatro reservorios para garantizar el agua a la población de Cajamarca -donde está ubicado- y recientemente se terminó la construcción de uno de ellos.
Sin embargo, los campesinos han creado grupos denominados "guardianes de las lagunas", que buscan protegerlas y evitar un eventual transvase de sus aguas hacia los reservorios.
"Están hoy miércoles allí cerca de la laguna El Perol, es un buen número en el sector de Celendín, unos 200 comuneros. La policía no los deja acercarse a la laguna", dijo el director de comunicaciones del Gobierno Regional de Cajamarca, Segundo Mata.
Representantes de la minera Yanacocha -donde Buenaventura posee una importante participación y que dirige el proyecto Conga- no estuvieron inmediatamente disponibles para dar comentarios a Reuters.
Aunque el gerente de asuntos corporativos de Yanacocha, Javier Velarde, en declaraciones a la prensa local desmintió que "en los próximos días" se transvase el agua de la laguna El Perol.
En la víspera, campesinos ubicados cerca de una de las lagunas naturales de la zona fueron repelidos por la policía, en un enfrentamiento que reavivó el recuerdo de violentas protestas producidas en el 2011 y en el 2012, que dejaron 10 muertos.
"Cerca de la laguna El Perol construyeron una carretera para hacer un dique, y al dique quieren llenarlo de agua y bombearlo de la laguna, entonces fuimos a inspeccionar nuestra laguna", explicó un dirigente campesino, Milton Sánchez.
El presidente de la minera Buenaventura, Roque Benavides, dijo a Reuters la semana pasada que comenzarán a construir un segundo reservorio -también llamado El Perol- y se prevé terminarlo a fines de año.
Para Benavides, el "punto de quiebre" para definir si avanzan con el proyecto Conga se dará al término de la construcción del segundo reservorio, cuando vean si es factible desde el punto de vista social, bombear el agua de la laguna.
El dirigente Sánchez dijo que "este proyecto está siendo impuesto por Humala y la empresa minera que no hace caso a la población, ya estamos manifestando nuestro rechazo a este proyecto por más de dos años".
Humala ha buscado apaciguar los conflictos sociales en la minería desde las violentas protestas contra Conga, que provocaron el cambio de su gabinete dos veces.
Para aplacar estos conflictos -que retrasarían inversiones por más de 50.000 millones de dólares- el Gobierno ha endurecido los estándares ambientales y exigido a las empresas que logren el apoyo explícito de las comunidades en sus planes en Perú, un importante productor mundial de metales.
REUTERS