sábado, 26 de mayo de 2012

ESTALLA ESCÁNDALO EN EL VATICANO



"Ayudante del Papa fue despedido por filtrar documentos secretos a la prensa que dejan vislumbrar casos de corrupción."


Paolo Grabriele, ayudante de cámara del Papa Benedicto XVI, fue detenido por posesión de documentos secretos en el marco de la investigación que la gendarmería vaticana promover la fuga de datos confidenciales que comprometen a la Santa Sede.


El detonante habría sido la publicación de una serie de cartas confidenciales dirigidas al Papa sobre temas delicados, como las intrigas del Vaticano o los escándalos sexuales del cura mexicano Marcial Maciel, en un libro de escándalo que generó molestia en la Santa Sede.


“La persona fue detenida con documentos confidenciales”, indicó el sacerdote Federico Lombardi, al referirse a la investigación abierta por las autoridades. Gabriele, conocido como Paoletto, es uno de los cuatro laicos que atienden a Ratzinger bajo la supervisión de una monja alemana.


El torrente de filtraciones -llamadas Vaticanleaks- dieron oriegen a portadas de periódicos y al exitoso libro del periodista Gianluigi Nuzzi, titulado “Las cartas secretas de Benedicto XVI”, que fue calificado por la Santa Sede como un “acto criminal”.


Los documentos ponían al descubierto casos de corrupción, un descabellado complot contra el Papa, y revelaban las descarnadas luchas de poder entre sectores de la curia. La situación llevó a L’Osservatore Romano a describir a Benedicto XVI, un hombre de 85 años, como “un pastor rodeado por lobos”.


El anuncio se produjo un día después de la destitución del presidente del Banco del Vaticano, el Instituto para las Obras Religiosas (IOR), Ettore Gotti Tedeschi, expulsado por “no haber cumplido con su labor”. El despido fue decidido al término de una lucha interna por la aplicación de las normas internacionales contra el lavado de dinero sucio.


La Banca del Vaticano está siendo sometida a una investigación judicial por supuesta violación de las normas contra el blanqueo de capitales. El despedido mostró gran enfado en sus declaraciones a la prensa: “Prefiero no hablar. Si lo hiciera, solo diría palabras feas. Me debato entre el ansia de explicar la verdad y no querer turbar al Santo Padre con tales explicaciones”.(la primera)