El dos de noviembre de cada año es común apreciar en el cementerio San Agustín de Huamachuco, en la provincia liberteña de Sánchez Carrión, a un grupo de personas que con rosario en mano rezan delante de las tumbas.
Estos personajes son conocidos como “rosarieros” y para esa fecha brindan sus servicios a quienes opten por contratarlos.
La tarifa es de acuerdo a lo que pida el cliente y oscila entre los cinco y diez soles para realizar las plegarias a los difuntos.
Sin embargo, esta añeja tradición se está perdiendo con el paso del tiempo y son cada vez menos las personas que se dedican a esta labor ya que las nuevas generaciones no contratan sus servicios.
Fuente: RPP (http://conlafeylaverdad.blogspot.com/)
Estos personajes son conocidos como “rosarieros” y para esa fecha brindan sus servicios a quienes opten por contratarlos.
La tarifa es de acuerdo a lo que pida el cliente y oscila entre los cinco y diez soles para realizar las plegarias a los difuntos.
Sin embargo, esta añeja tradición se está perdiendo con el paso del tiempo y son cada vez menos las personas que se dedican a esta labor ya que las nuevas generaciones no contratan sus servicios.
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