miércoles, 10 de septiembre de 2025

InkaRoot, el hacker que filtró los datos de la policía habla con La República: “Tenemos en la mira a más objetivos, incluida Dina Boluarte”

El responsable de los ‘DirinLeaks’ conversó con La República. Asegura que se identifica como un nacionalista de derechas y que su objetivo es desenmascarar la corrupción enquistada en las instituciones del Estado. La República difunde su relato al considerarlo de interés público

Hacker de los datos de la Dirin de la PNP habló con La República | Composición: Omar Neyra / Foto: LR.

La traducción más cercana para ‘InkaRoot’ sería “raíz inca”. También es el alias del hacker que expuso la fragilidad de la ciberseguridad de la Policía Nacional del Perú (PNP). “Quería un nombre que se identificara con el Perú. Los incas representan nuestra raíz y grandeza, mientras que ‘root’ es un término usado en ciberseguridad”, explicó a La RepúblicaInkaRoot ha venido difundiendo en el grupo de Telegram ‘Deface Perú’ todas las filtraciones obtenidas de la Dirección de Inteligencia de la Policía Nacional del Perú (Dirin-PNP), algunas de las cuales evidenciarían actos de corrupción y seguimientos a periodistas.

Luego de la filtración, La República inició la búsqueda en redes y en el mundo real para identificar a la o las personas detrás de ella, así como sus motivos, con el fin de comprender por qué decidieron hackear los servidores de la Policía Nacional del Perú y posteriormente difundir sus hallazgos. No fue fácil ubicarlos: el rastreo en redes sociales y la dirección de varios entendidos en la materia nos llevó a instalarnos dentro del grupo DeFace Peru. Ahí, InkaRoot habilitaba de manera ocasional un espacio para contactarlo, pero lo eliminaba pocos minutos después. Así perdimos varias oportunidades de comunicarnos con él, hasta que en una de esas ocasiones hicimos clic en el momento adecuado. Por una cuestión de seguridad no nos precisó su identidad, pero la información compartida y otros datos proporcionados nos dan una alta certeza de que es uno de los integrantes del grupo que perpetró la filtración de información masiva más grande de los últimos años en nuestro país.

El hacker utiliza una curiosa presentación en esta red social: una foto de perfil de Vladimiro Montesinos y su nombre escrito en negrita y cursiva. Se toma su tiempo para responder; naturalmente, desconfía. No es para menos: hoy es considerado un enemigo público de la Policía, que aún insiste en negar públicamente lo sucedido. Me pidió una foto de mi carné periodístico, hizo su propia búsqueda y comprobación, entiendo. Luego de varios mensajes de uno y otro lado, accedió a contarnos su verdad por escrito, para que no quede registro de su voz e imagen que permita identificarlo. En medio de esa desconfianza, InkaRoot respondió una serie de preguntas a La República y dejó en claro que su activismo cibernético trasciende a la PNP.

“Tenemos en la mira a más objetivos corruptos, incluida Dina Boluarte”, aseguró al ser consultado sobre si replicaría sus acciones en otras instituciones del Estado.

No, no se trata de una versión peruana de Elliot Alderson, el ingeniero en seguridad informática protagonista de la serie Mr. Robot. Mucho menos se trata de otro “dibujito”, como algunos intentan retratarlo. InkaRoot se encarga de desmitificar cualquier arraigo estereotípico enquistado en la cultura popular que lo muestra como una persona asocial y excepcionalmente dotada para la informática. Afirma llevar una vida común y corriente en el anonimato y sostiene que su formación ha sido, en gran parte, autodidacta. “Saludos al SENATI”, añade con tono humorístico.

De ideologías y programación: ¿Cuál es el análisis político de un hacktivista?

Mientras estas líneas son leídas, diversos hackers venden información obtenida en foros de internet. InkaRoot, sin embargo, adopta una posición distinta y usa sus habilidades con otro propósito. El responsable de los 'DirinLeaks' apuesta por el hacktivismo, una práctica que refiere a uso de tecnologías digitales para infiltrarse virtualmente en instituciones y promover causas sociales.

“Me dedico al hacktivismo porque estoy cansado de la corrupción normalizada y de la indiferencia de la élite. Busco lo mismo que cualquier peruano de a pie: justicia, transparencia y un país más digno”, afirma.

Y es que InkaRoot no es apolítico. Se identifica como un nacionalista de derechas, un movimiento con cierto auge en espacios alternativos del internet peruano. “El progreso no es posible sin unidad ni propósito. Hoy el país está en ‘piloto automático’, sin rumbo ni metas claras”, señala.

Fuera del discurso habitual de las derechas neoconservadoras peruanas, InkaRoot muestra empatía hacia quienes perdieron la vida ejerciendo su derecho a la protesta: “Las muertes en las manifestaciones fueron el punto de quiebre”, confiesa al recordar qué lo motivó a iniciarse en el hacktivismo.

“La ciberseguridad del Estado peruano es débil”

El hackeo a la PNP reveló más de 2 GB de documentos confidenciales de la institución. Entre ellos hay reportes sobre posibles amenazas a jefes de Estado, registros de actividades de congresistas, información sobre agentes encubiertos y presuntos seguimientos a medios de comunicación y periodistas. Para InkaRoot, esto es solo una muestra de las graves consecuencias que puede acarrear la debilidad de la seguridad cibernética del país.

“La ciberseguridad del Estado peruano es débil. Existen vulnerabilidades que pueden ser explotadas no solo por peruanos, sino también por actores extranjeros interesados en desestabilizar al gobierno. Lo de DirinLeaks es solo un ejemplo de lo expuesto que está este país en el mundo digital”, advierte.

El ataque no fue aleatorio. El hacker explica por qué eligieron a la Dirección de Inteligencia como objetivo: “Escogimos la Dirin-PNP porque era una unidad clave: controlaba la vigilancia sobre periodistas y opositores. Además, era un blanco fácil. Queríamos demostrar lo vulnerables que están nuestras instituciones frente a ataques cibernéticos”, afirma.

¿Cómo medir el éxito de la operación? InkaRoot considera que, mientras la ciudadanía conozca lo revelado, habrá valido la pena vulnerar los sistemas de la PNP.

“Todo salió como planeamos: que la población vea el mal uso de recursos y las presiones políticas sobre la opinión pública. Eso es ser hacktivista: señalar, exponer y atacar la corrupción, sin importar el nombre de la institución. No me interesa lo que digan los medios; mi objetivo es que el pueblo conozca la verdad sobre la corrupción y la vigilancia, y no se deje engañar. Mi motivación es una sola: exponer la corrupción y poner la verdad frente al pueblo”, enfatiza.

Desde la filtración, la PNP y el ministro Juan José Santiváñez —señalados como los principales afectados por las revelaciones— han optado por minimizar el impacto y, en algunos casos, negarlo. ¿Están las instituciones peruanas condenadas a la inseguridad cibernética? InkaRoot no responde directamente, pero marca la intriga: “Descúbranlo”, concluye.(La República)