Festín chotano. Hugo Espino contó que entrega de dinero al alcalde de Anguía se realizó en dos armadas, una en enero –ya revelada por Perú21– y otra en marzo pasado, cada una por S/100 mil. Medina se encargó de captar operadores para adjudicaciones con aval del presidente Castillo.
Por: Alexander Villarroel Zurita
A la revelada coima de 100 mil soles se suma otra entregada en marzo de este año. Hugo Espino, ahora sometido al proceso de colaboración eficaz, ha confesado al equipo especial de la Fiscalía que le pagó al alcalde de Anguía, José Medina, hombre de confianza del presidente Pedro Castillo, un total de S/200,000 en efectivo por la obra de saneamiento que se adjudicó en Cajamarca a la empresa Destcon.
La declaración de Espino –que pone en aprietos no solo a Medina, sino a la primera dama, Lilia Paredes, y al resto del círculo presidencial– está incluida en el requerimiento de prisión preventiva por 36 meses que pesa contra el alcalde y la cuñada del mandatario, Yenifer Paredes. El pedido fiscal será analizado hoy y se conocerá a detalle cómo, desde el despacho clandestino de Sarratea y la residencia de Palacio de Gobierno, hubo un festín de acuerdos delictivos.
Espino –durante su detención– contó a las autoridades que el alcalde obtendría un “diezmo” que ascendía a S/228,000 por la adjudicación de la obra de mejoramiento y ampliación del sistema de agua potable en tres localidades de Anguía (Chota, Cajamarca). Todo ya estaba orquestado desde antes del proceso que se inició con las visitas de Medina a Palacio de Gobierno.
En noviembre se adjudicó la obra y en diciembre el municipio de Medina suscribió el contrato por más de S/3 millones con el consorcio integrado por Detscon Ingenieros & Arquitectos, cuya representante era la hermana de Espino: Anggi. Y, conforme la Municipalidad de Anguía hacía los desembolsos, el dinero llegaba a las manos del alcalde.
La primera entrega de S/100 mil al amiguísimo de Castillo se realizó en enero, en un departamento ubicado en la cuadra 7 de la Av. Brasil (Breña), según la declaración de Espino. Y posteriormente, en marzo, se concretó la segunda en un inmueble de la Av. Naranjal (Los Olivos). Quien retiró el dinero de las cuentas de la empresa fue Anggi.
Pero esta es solo la punta del iceberg. Espino también ganó otra obra –a través de su empresa Empresa JJM Espino– en Cajatambo, también por S/3 millones, donde igualmente habría operado Medina.
La Fiscalía ubica a Medina como el “operador” de la red que encabeza el presidente Castillo, encargándose de ir “captando empresarios” para la adjudicación de proyectos en Anguía, donde es alcalde, a cambio de sobornos. Desde el gobierno central, la gestión de Medina se vio beneficiada con un presupuesto para obras por más de S/15 millones.
También se le atribuye al amigo de Castillo el haberse encargado de concertar con otros alcaldes para que, a cambio de más presupuesto, se direccione licitaciones a empresas “fachadas” utilizadas por la organización criminal.
Para la Fiscalía, hay un común denominador en estas licitaciones fraudulentas: antes de asegurar los “negocios”, había reuniones previas con el presidente en Palacio de Gobierno y visitas a la casa de Sarratea.
“Donde se habría festinado los acuerdos a fin de favorecer a empresas privadas con cuantiosos contratos”, según la Fiscalía.
TAMBIÉN EN CHACHAPOYAS
Según la Fiscalía, la cuñada de Castillo, Yenifer Paredes, visitaba diversas provincias y se entrevistaba con autoridades para promover los contratos para ejecución de obras, la elaboración de los expedientes técnicos o su supervisión. Siempre, se indica, “bajo la coordinación permanente de su hermana, Lilia Paredes, cónyuge del presidente”.
Según la declaración de Espino, fue Lilia quien le pidió a Yenifer que “apoye” al alcalde de Chachapoyas, Víctor Culqui, quien –dijo– es amigo de la primera dama, “para acelerar con la elaboración del expediente técnico y correr con el financiamiento” de otro proyecto de saneamiento.
En agosto, el alcalde y Espino se reunieron en Chorrillos “y concertaron para que la empresa de Hugo elabore el expediente técnico”, indica la Fiscalía. Luego, Espino y Yenifer viajaron a Chachapoyas, donde la cuñada de Castillo le aseguró al alcalde que, una vez aprobado el expediente, “ella se encargaría, a través de su hermana, Lilia Paredes y el presidente Pedro Castillo” de “la viabilidad y celeridad” del financiamiento, “pero con la condición de que tenía que adjudicarle la obra a Hugo Espino”, remarca la Fiscalía.
Tanto para el alcalde como para la cuñada de Castillo, la Fiscalía estima inicialmente una pena de 23 años de cárcel. (PERÚ 21)