EL COMIENZO DE UNA NUEVA JORNADA EDUCATIVA SE DA EN UNA CIRCUNSTANCIA MUY ESPECIAL DE TAL MANERA QUE ES URGENTE QUE EL ESTADO LE BRINDE UNA ATENCIÓN PRIORITARIA SIN RETACEOS NI MEZQUINDADES.
Faltan muy
pocos días para que se inicie un nuevo año escolar. Pocos días para el inicio
de una nueva y trascendente jornada formativa indispensable para el devenir de
la sociedad peruana, sin la cual no es posible el avance de la civilización y
todo objetivo es trunco. En esta ocasión, como el año pasado, será en una
circunstancia irregular marcada por la pesadilla de la pandemia del Covid 19 la
cual aún no cesa, circunstancia que viene asestando un durísimo golpe a la
educación, la salud y la economía nacional.
El
año pasado los docentes para no interrumpir la labor escolar tuvieron que
utilizar los medios virtuales como material educativo con las dificultades que
esto entraña debido a la escasa preparación profesional en ese menester, así
como los muy escasos medios de celular, tv, tables y otros medios de
comunicación por parte de los escolares. Todo lo cual repercutió negativamente
en una correcta formación educativa en todos los niveles y en una numerosa deserción
estudiantil.
Según el
Ministro de Educación, Ricardo Cuenca, “El presente año escolar se habrá de
iniciar el 15 de marzo. El primer mes de manera remota o virtual y, a partir de
Abril, de manera presencial según las condiciones de cada región respecto a la
incidencia de la mortal pandemia del Covid 19”. Esta es la información oficial
alcanzada recientemente y según el Ministro de Educación “La meta para el 2021
es volver a la presencialidad y que nos reencontremos en las aulas cuando la
situación sanitaria lo permita”.
Todo esto suena muy bien y posiblemente el
Ministro lo plantea con muy buena intención; sin embargo, falta poner sobre la
mesa del análisis algo esencial: la protección de la salud de nuestros docentes
y estudiantes en todo el país y no sólo en los lugares de menor incidencia del
Covid 19, pues puede ser que algunos lugares la incidencia sea menor, pero
basta una pequeña cantidad de personas infectadas en la comunidad para que
ellas se conviertan en contaminantes masivos más aún si consideramos que en las
escuelas, colegios y universidades la aglomeración de personas es de muy
difícil control por la realidad suigeneris de la labor que en el interior de
las Instituciones Educativas se desarrollan.
Asimismo, plantear un aforo de menor número de
alumnos en las aulas para el desarrollo de las labores escolares y dividirlos
en grupos de atención se topa con los problemas de infraestructura escolar que
en nuestro país es muy precaria y, además, significa duplicar la labor docente e
incluso rompe la unidad estudiantil de un determinado grado de estudios sobre
todo en los primeros niveles del sistema educativo. Todo esto nos da pìe para
plantear al MINEDU reconsiderar su posición de que en el mes de marzo se
realice el trabajo virtual y los meses subsiguientes el trabajo presencial pues
lo más atinado y sensato es que la totalidad de docentes del país y estudiantes
sean considerados de manera prioritaria en la vacunación contra el COVID 19 para
luego de ello proceder a desarrollar el trabajo presencial en todo el país. Una
tarea de vacunación que debe llevarse a cabo en la segunda fase de prioridades
junto a las personas de la tercera edad y pobladores vulnerables, Tarea de
vacunación a desarrollarse a partir de Marzo lo cual no significa que los
maestros detengan la labor escolar pues el trabajo virtual debe realizarse
hasta completar la vacunación de los docentes y alumnos.
Nuestros gobernantes deben entender, una vez más, que la educación es el cimiento fundamental sobre el cual se construye el edificio de la civilización y es el motor indiscutible del progreso de los pueblos de manera que el trato a brindársele no debe ser mezquinado, marginado, ni retaceado.
TAREAS POR
CUMPLIR
De otro lado, es necesario tomar en cuenta
otros factores de suyo trascendentes e
indispensables, esto es, honrar la promesa hecha por el Estado de dotar de
tables escolares, pero esto no sólo debe entregarse a los estudiantes del área
rural sino a todos los estudiantes y docentes del país sobre todo de los tres
niveles de la Educación Básica Regular lo cual coadyuvaría a un mejor
desarrollo de la labor pedagógica de los docentes y alumnos. La tarea no podría
ser completada si es que no se considera el mejoramiento pleno de toda la
infraestructura y equipamiento de todas las instituciones educativas del país,
así como la entrega oportuna de las raciones de Qali Warma que debe hacerse
extensivo a los alumnos de secundaria, pero para solventar todo esto es preciso
que el presupuesto destinado a Educación deje el 3.8 % que tiene hoy e
incrementarse a 6% del PBI.
Además, si bien la pandemia nos ha traído
angustia, dolor y muerte; también nos ha traído experiencias y lecciones
positivas que es necesario tomarlas muy en cuenta entre ellas la gran carencia
de conocimiento de las bondades de la tecnología virtual de parte de la mayoría
de nuestros docentes una faltante que ha sido muy evidente en el año que ha pasado en casi todo el
trabajo escolar lo cual se ha convertido en un gran escollo para un adecuado
trabajo pedagógico. Esto implica que nuestros centros deformación docente entre
universidades e Institutos pedagógicos deben enfatizar en la preparación
tecnológica aplicada al campo de la pedagogía.
Finalmente, oportuno es destacar la
necesidad imperiosa de actualizar nuestra legislación educativa específicamente
en cuanto a la Ley General de Educación Pública (Nª 28044) la misma que debe
ser puesta a tono con los avances de los conocimientos tecnológicos y la
modernidad pedagógica. Considero que con los modestos aportes señalados podemos
augurar éxitos en la difícil, pero hermosa tarea de educar a nuestros
estudiantes que este 15 de marzo regresan a las aulas.