Por: Dionicio Mantilla León
Han transcurrido dos meses del presente año y las estadísticas nos muestran el escalofriante panorama de 29 mujeres muertas en un contexto de violencia que no tiene cuando acabar pese a la existencia de numerosas leyes de protección y pese al esfuerzo desplegado por instituciones y autoridades de todas las instancias para detener la ola de maltratos y feminicidios.
Un panorama desolador que ayer, DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER, instituido por las Naciones Unidas el 8 de marzo de 1975 para honrar la igualdad de sus derechos con el hombre, debe ser motivo de reflexión acerca del trascendente rol de ella como baluarte de la familia, de sus inalienables derechos, pero también de la búsqueda de las raíces de la violencia contra ella y las medidas para evitarlas. Mucho se ha investigado y muchas medidas se han adoptado, pero el problema continúa. ¿Dónde buscar, entonces, las raíces del problema?
Todo apunta a ubicar estas en la formación inicial del hombre y la mujer como son los escenarios primarios e ineludibles del hogar y la escuela, instancias a las que debemos añadir otro muy gravitante, cual es el entorno social es decir su convivencia en la comunidad. Una formación en los tres escenarios que debe ser rica en valores humanos y pródiga en el entrega de modelos positivos ejemplarizadores.
Ahora bien, por regla general se afirma que un hogar disfuncional o quebrado trae como consecuencia hijos e hijas con desajustes conductuales y hasta desequilibrios mentales. Aunque desde un punto de vista lógico esto es verdad no es determinante pues existen casos excepcionales en donde no se cumple siempre y cuando subsista el soporte educativo de uno de los componentes formativos del hogar como son o el padre o la madre.
El problema aparece cuando, pese a contarse con la presencia del padre y la madre en la vivienda, estos son pésimos modelos de conducta, los dejan en el abandono o no mantienen los elementales vínculos de familiaridad y de comunicación dejando que reciban las negativas influencias de otros familiares y del pernicioso contacto con los malos amigos de la calle. Otros factores impactantes en la formación de la niñez y adolescencia son los contenidos banales y negativos de la casi totalidad de los medios de comunicación que crean falsos ídolos, así como el pésimo ejemplo brindado por la clase política.
Este escenario propicia una negativa formación de nuestra niñez y adolescencia generándose así fenómenos de concepción y comportamiento equivocados surgiendo la falta de respeto al derecho ajeno, el incumplimiento de obligaciones, el machismo, el feminicidio, el feminismo, el bulling, la corrupción, la delincuencia, el crimen, la drogadicción y muchos otros males psico sociales.
A lo largo de la historia de la humanidad la mujer siempre ha sido relegada en el respeto a sus derechos considerándola como un ser inferior y por tanto negándoseles el sitial que le corresponde en el ámbito familiar y social y, ha sido por el mismo ímpetu desarrollado por las mujeres que paulatinamente han ido conquistando los ámbitos y derechos que les corresponde. Un accionar de conquista mayormente evidente en estos últimos años, pero que se iniciara años atrás con la firmeza y estoicismo de muchas damas que enarbolando la bandera de la dignidad femenina han logrado los espacios que les corresponde, entre ellas, las mujeres de la Revolución Francesa, las lideresas alemanas Rosa de Luxemburgo y Clara Zetquin y en el Perú, Flora Tristán, que enarbolaron con perseverancia los derechos civiles, políticos y laborales de las mujeres.
Poco a poco las mujeres, sobre todo a lo largo de estos últimos años, han ido logrando una ubicación expectante en todos los frentes de la vida de la humanidad emergiendo figuras de mucho renombre y valía que han descollado en la
ciencia, en el arte, en la política, en la economía, en la educación y en todas las facetas de la vida en comunidad; sin embargo, no todo ha sido felicidad y los desajustes formativos familiares, escolares y sociales han permitido la afloración de anomalías conductuales en el trato a la mujer por parte del hombre a las que urge ponerles freno para lo cual urge volver a fijar nuestra mirada en las fuentes formativas de valores humanos como son el hogar, la escuela y la comunidad.
Una formación sin MACHISMOS ni FEMINISMOS, pero sí que relieve el HUMANISMO. Una formación que no magnifique conceptos polémicos de “ENFOQUES O IDEOLOGÍAS DE GÉNERO”, pero sí que relieve los valores de la dignidad humana y la igualdad en derechos y oportunidades para todos.
¡Feliz día de la mujer!!!
Nuestro homenaje a la mujer
Nuestro homenaje a la mujer,
aquella que sin temor
lucha y da de comer,
a sus hijos con amor!
La que con gran humildad
trabaja con honradez,
sin haber prosperidad
hasta llegar su vejez.
Cuida niños, limpia suelos
y la paga es poca y mala,
pues son muchos los desvelos,
que a su vida mina y cala.
La llaman de mala manera ,
la que en el lodo se enrola
que saben de su razón,
sostiene a sus hijos sola...
Son valientes al parir
trabajan embarazadas,
no se rajan al vivir
sin apoyo abandonadas.
Enfermeras, y profesoras,
cocineras y ejecutivas,
fieles colaboradoras
¡Aun enfermas son activas!
Son mujeres guerreras
no se atrevan a juzgarlas,
ellas se entregan enteras
¡Debemos de admirarlas