Testimonios. Presidentes de comisiones investigadoras en Congreso afirman que lo dicho por Higuchi y jefes militares sobre torturas y secuestro tenía sustento y no era narración fantástica. Ayer, Keiko Fujimori fue abucheada en Ayacucho.
Escribe: Lupe Muñoz
"–¿Cómo le aplicaron los electroshocks? ¿La condujeron a determinado lugar en el Pentagonito? ¿Previamente la narcotizaron, la empujaron?".
–Sí, Presidente. Personas encapuchadas y con anteojos infrarrojos... "Con violencia me llevaron a un sótano, donde no se podía percibir un ápice de luz (...) Yo los pude ver solo antes de entrar, estaban encapuchados y con los lentes sobre la cabeza y luego adentro ellos se pusieron los lentes, veían, y yo no veía nada. Sufrí tortura hasta que caí desmayada, y cuando desperté no sabía dónde estaba".
Así respondió Susana Higuchi, la madre de Keiko Fujimori, el 2001 a Mauricio Mulder, presidente de la comisión congresal que investigaba la gestión de Alberto Fujimori, en especial las torturas de las que fue víctima en 1992 la ex primera dama en el Servicio de Inteligencia del Ejército (SIE).
El congresista Mauricio Mulder contó a La República que Higuchi se veía afectada recordando el maltrato físico y psicológico.
"–Mientras que me amarraban como Túpac Amaru hasta que me torturaban y luego me ponían electroshock, no sé; pero en el Pentagonito fue más o menos dos horas o tres horas. Y en la UCI del Loayza ahí sí pude gritar porque había ido por un problema de neumonía, del cual estaba recuperada; luego me pasaron al local de la UCI, inclusive di los nombres de los médicos".
Mulder recuerda que cuando ella compareció ante la comisión, Higuchi narró la forma cómo la encerraron, cómo le habían dejado de suministrar alimentos, cómo la habían apartado de sus hijos, que ningún hijo la fue visitar.
"Lo que hicimos fue tomar su testimonio sobre la base de las denuncias que habían y consignamos que los casos de tortura que ella había sufrido habían sido sistemáticos, largos, por orden de Montesinos, con el aval de Fujimori y con conocimiento de su hija Keiko Fujimori", precisa Mulder.
Según el congresista, quien tomó las declaraciones a Higuchi, estos maltratos no podían tratarse de algo irreal, de "una leyenda".
"Ella denuncia esto a raíz de que también era víctima de una tortura psicológica, donde se le pretendía señalar que se había vuelto loca, pero cuando se analizó la consistencia de sus declaraciones se descartó esa posibilidad. La verdad, se notaba mucha sinceridad en lo relatado y hubiera sido muy difícil sostener si hubiera sido una mentira", sostuvo.
También Townsend
No solo en la comisión Mulder narró estos espantosos hechos; en 2002 en el grupo de trabajo congresal que presidía Anel Townsend, Higuchi narró lo siguiente el 26 de febrero:
"En un segundo piso de un edificio del SIE, del Cuartel del Ejército, ocho personas aproximadamente se me acercaron y empezaron a torturarme hasta que prácticamente quedé inconsciente".
"Ella estaba en sus cabales, nosotros cumplimos con el deber de investigar y formular la denuncia respectiva contra Alberto Fujimori", recuerda Townsend.
"También interrogamos a los jefes de la Casa Militar de Palacio, quienes corroboraron que Fujimori la retiró del cargo de primera dama, y que la tenía encerrada en la residencia.
"La comisión aprobó en el pleno y optamos por realizar esta denuncia porque consideramos que era pertinente que la justicia realice las investigaciones de lo que la señora Higuchi había declarado, su hermana y los jefes militares", dijo la ex congresista.
Estas declaraciones valieron para abrir un expediente judicial y tramitar la solictud de extradición de Fujimori. Sin embargo para la justicia chilena, las declaraciones no fueron suficientes y decidieron rechazar pedido. De esta forma Fujimori no pudo ser juzgado por este delito, pero está ahora claro que no fue una narración fantástica.
“A mi hermana la están torturando”
Gladys Marlene Díaz Villanueva, quien se desempeñaba como secretaria de Susana Higuchi, contó también que la señora fue aislada y amarrada en un nosocomio sin mayor explicación.
"A las 2 a.m., empezó a gritar la señora ¡Gladys!, ¡ayúdame!... ella decía: ¡Teniente!, rompa la puerta, esta gente me está haciendo daño! ...Yo quise entrar y cuando ya estaba para ingresar el doctor ese alto me empujó y me dijo: “Usted es una malcriada, retírese”, ahí me sacó.
Díaz incluso señala lo que le confesó la hermana de Higuchi, Celsa Higuchi, tras salir del nosocomio: "Esto parece muy mal, como la han tenido a mi hermana, la han estado torturando".
Celsa Higuchi dijo a las comisiones investigadoras que las visitas a su hermana Palacio eran negadas. "Pedí visitarla, me hicieron esperar fuera, en la parte posterior, me hicieron esperar más de una hora, o sea, no me dejaban entrar", confesó.(la república)