- El Museo del Juguete es un lugar de ensueño, un ambicioso y casi utópico proyecto encaminado por Gerardo Chávez, reconocido artista plástico.
El Museo del Juguete en Trujillo es un lugar único, un espacio lúdico y cultural destinado a despertar la imaginación de quienes añoran los inolvidables años infantiles.
Narra la biblia que Jesucristo dijo en una oportunidad que solo quien tenga el corazón cándido de un niño podrá entrar al reino de los cielos.
Sucede que, a tono con las palabras del célebre nazareno, Trujillo ofrece a propios y foráneos un lugar ideal para retomar aquella inocencia infantil, un sitio que parece sacado de algún cuento de hadas digno de ser escuchado una y otra vez.
Ese lugar de ensueño es el denominado Museo del Juguete, un ambicioso y casi utópico proyecto encaminado por Gerardo Chávez, reconocido artista plástico con extenso recorrido cosmopolita pero de sangre norteña y singular apego por las añejas tradiciones populares.
Así y desde el mes de mayo del año 2001, el Museo del Juguete alberga más de cinco mil piezas lúdicas en exhibición constante, convirtiéndose en el único recinto en toda Latinoamérica con tales características.
Este singular atractivo origina que, hasta el momento, se haya registrado la presencia de casi 150 mil visitantes en sus coloridas instalaciones desde la esperada apertura del recinto.
Retornando a los años infantiles
Un paseo por el espacio cultural, y con mucha más razón durante estas fiestas navideñas, significará ingresar a un mundo de fantasía y recreación sin límites, con la imaginación desbordada y conducida hasta parajes insondables que solo permiten el paso de quienes vuelvan a ser infantes de nuevo, aunque sea por unos minutos.
En el Museo del Juguete podremos conocer una muestra de las apetencias lúdicas de nuestros antepasados precolombinos. Una curiosa muñeca de la cultura Chancay y una flauta que data de hace 2 mil 300 años, perteneciente a la pobladores de la zona de Virú, representan el ánimo festivo procedente de nuestros orígenes.
Los corazones palpitarán con fuerza al observar en otra sala del recinto a los juguetes fabricados de manera artesanal. Se trata de trompos, cometas, pequeños vehículos y otras piezas que acompañaron los entrañables juegos infantiles compartidos en tardes de sol y arena, bajo la mirada vigilante de alguna tierna madre esperando en la puerta el retorno de su engreído.
No pueden faltar en el recinto ese carrito de madera que condujo nuestros primeros sueños, el soldadito de plomo o algún implemento deportivo que materializaba los ajetreos oníricos propios de la mente infantil.
En estos tiempos de convulsión e incertidumbre, cuando la navidad se convierte en sinónimo del consumismo reflejado en la búsqueda del regalo costoso pero carente de sentimiento y emoción, un paseo por el original Museo del Juguete permitirá comprender que, sin duda, lo más valioso de estas fiestas no tiene precio, pues está guardado en nuestro corazón.
Bríndese una oportunidad de soñar despierto y complazca al niño que todavía cobija en su interior. El Museo del Juguete lo espera en el jirón Independencia 705, en pleno Centro Histórico de Trujillo para transportarlo en un viaje imaginario sin comparación.
Al fin y al cabo, Navidad es la época ideal para reencontrarse con los seres queridos, pero también con nuestros siempre latentes recuerdos infantiles, aquellos momentos imperecederos que se conservan en un rincón de la memoria.
Por Julia Góngora (RPP)