Por: Dionicio Mantilla León
Dentro de pocos días, el Ministerio de Educación estará efectuando, a nivel nacional, el primer concurso para directores de Instituciones Educativas concurso que será el primero a desarrollarse luego de la promulgación de la Ley de Reforma Magisterial que viene impulsando el gobierno del Presidente Ollanta Humala. Un concurso que, según sus mentores y de acuerdo a su política de buscar la meritocracia, pretende conseguir a los mejores profesionales de la Pedagogía para que sean dignos de conducir la marcha de los centros educativos del país de manera eficaz y eficiente.
De esta manera, quienes hoy detentan el cargo directriz en las instituciones educativas del país, deberán participar en esta nueva jornada evaluativa para demostrar las cualidades y requisitos que todo buen director debe ostentar. Demostrar que es un director idóneo, esto es, capaz de enrumbar con acierto y hacia buen puerto el barco que se le encomienda. Y esto, porque entre las muchas cualidades que debe poseer un director de Institución Educativa una es la que la sintetiza: el liderazgo. Liderazgo que significa constituirse en el representante de la institución capaz de gerenciar los asuntos conducentes al logro de la visión, misión y el Proyecto de Desarrollo Institucional, capaz de administrar correctamente los bienes y propiedades institucionales, pero, sobre todo, ser un auténtico profesional de la pedagogía convirtiéndose en el impulsor de los laboratorios pedagógicos que deben ser las aulas escolares. No es posible imaginar un Centro Educativo con una infraestructura y equipamiento ideal tal como está aconteciendo en estos últimos años en nuestra provincia, sin contar con un director escolar idóneo que le dé un uso adecuado a dichas mejoras.
Si nuestra educación está en crisis es porque posiblemente algo no funciona bien entre los muchos componentes de su estructura, uno de los cuales podría ser el actuar del director. Afirmamos esto porque muchos de ellos se han convertido únicamente en simples tramitadores de documentos o gestionadores de infraestructura o mobiliario y nada más, descuidando lo más trascendente y razón de ser de la educación como es la parte académica. Parte académica que, con raras excepciones, se ha convertido en uno de los “talones de Aquiles” de la educación peruana, pues desde hace buen tiempo las aulas han dejado de ser aquellos talleres formativos en donde, aplicándose las técnicas metodológicas más adecuadas y el equipamiento indispensable para el logro del “aprender haciendo” o “aprender a aprender”, permitan alcanzar los objetivos educativos siendo necesaio para ello que el Director promueva la capacitación de los docentes y supervise las clases escolares, tarea que en muchos casos no se hace.
Los maestros que logren convertirse en directores deberán asumir que la capacitación y la auto capacitación son, entre otros, los pilares básicos para lograr la idoneidad y que mejor que ser beneficiarios de los ciclos de capacitación que viene organizando la Gerencia Regional de Educación de la Libertad, a cargo del huamachuquino, Wíllard Loyola Quiroz, uno de los cuales es el “Diplomado de Alta Especialización en Gestión Educativa y el Desarrollo de Habilidades Gerenciales” destinado al mejoramiento de las capacidades en gestión educativa de los directores y sub directores de las instituciones públicas de Básica Regular de la Región La Libertad que se ha iniciado el 19 de este mes de manera simultánea en toda la región y habrá de tener la duración de un año.
En la actualidad, la mayoría de directores ejercen el cargo en calidad de provisionales y son escogidos por la antigüedad de sus servicios magisteriales más no así por su idoneidad, tema el cual no es materia de cuestionamiento porque hay muchos que se desempeñan eficazmente; sin embargo, esperamos que con el concurso a desarrollarse próximamente se logre encontrar el personaje magisterial que se convierta en el líder de su institución educativa capaz de ser su auténtico representante que heche a andar los talleres formativos que deben ser las aulas y que motive a maestros y padres de familia para conjugar esfuerzos que permitan la forja del futuro ciudadano que la familia, la comunidad y la Patria necesitan para su transformación y desarrollo.