martes, 12 de febrero de 2013

Anécdotas de Huamachuco


Por: Luis Peña Rebaza

¡Solicitud atendida!

Como veloz escuadrilla de combate volando con los pitos de marihuana que se fumaron minutos antes, un grupo de “Caimanes” se dirigen a las inmediaciones del cementerio San Agustín. Es la mañana del 2 de noviembre, por tanto, el ingreso al camposanto luce invadido por ranchos, triciclos e improvisadas chinganas repletas de pobladores. En masa aparecen para visitar la tumba de sus difuntos, limpiarla de la abundante mala hierba, colocar flores: geranios, rosas, margaritas, hortensias y claveles, y pagar a un rosariero para que rece algunas letanías en aras de conseguir el goce de Dios y el eterno descanso para el alma.
-¡Invíanos del cielo, de tu luz un rayo!

Luego del acostumbrado rito, un sincretismo entre las creencias cristianas y paganas, en el exterior, el jirón Garcilaso y calles aledañas, se desata el fandango.

“Pepe Gonshe” anima el ambiente con uno de sus equipos de sonido. Lo malo es que la música no colma las expectativas de los sofisticados “Caimanes” quienes, a gritos, manifiestan su descontento:

-No jodas, ps’, Pepito, ¡es hora que debes actualizarte, hombre!, cambia de música, pon música salsa o rock para estar en onda.

“Pepe Gonshe” hace oídos sordos e insiste con sus antiguas cumbias y huaynos sin atender el creciente reclamo.

-Ya ps’, Pepito ¡cambia de música, hombre... ¡qué terco eres, parece que no quieres entender a buenas o te bajamos los parlantes... tú dirás!

Hasta que por fin, en aras de calmar los encendidos ánimos, decide acceder al petitorio.
-Atendiendo el especial pedido de los dignísimos jóvenes que nos honran con su presencia y, esperando que lo disfruten a plenitud, desde Colombia el tema de los Lathin Brothers: “Fuma el barco”.