"Jerarcas de la Iglesia Católica están envueltos en lavado de dinero de acuerdo a diario italiano."
Los escándalos de corrupción que afectan a la Iglesia Católica quedaron en evidencia en el informe reservado sobre la filtración de documentos papales, encargado por Benedicto XVI a los cardenales Jozef Tomko, Salvatore de Giorgi y Julián Herranz.
El documento confidencial revelaría que destacados miembros de la jerarquía vaticana, entre ellos el secretario de Estado, Tarcisio Bertone, están implicados en luchas intestinas por el poder, el dinero y el sexo. El informe fue determinante para que el Papa Benedicto XVI presentara su renuncia.
“La comisión puesta en marcha en 2011 para hacer limpieza en el IOR fue desmantelada a los seis meses de ser establecida. ¿Por quién? Por el secretario de Estado, Tarcisio Bertone”, señala un artículo escrito en el diario La Repubblica por la periodista Concita de Gregorio, en el que se subraya que todos los miembros que formaban parte del equipo han sido apartados de sus puestos.
El último de los caídos es el cardenal Attilio Nicora, presidente de la Autoridad de Información Financiera de la Santa Sede, que fue apartado del cargo en la Comisión Cardenalicia de Vigilancia del IOR, para colocar a un hombre de Bertone.
La raíz del problema está en el manejo de las finanzas vaticanas que permiten la infiltración de ‘dinero negro’. En el banco solo pueden abrir una cuenta religiosos, institutos religiosos y ciudadanos vaticanos. Pero cualquier titular de una cuenta (hay 25.000) puede autorizar a otra persona para que opere en su cuenta.
Así, un mafioso puede operar en una cuenta, pues el registro de las autorizaciones es un secreto. Tan solo el director general del IOR, Paolo Cipriani, un hombre muy próximo a Bertone, conoce quiénes son los titulares de las cuentas del banco vaticano. Ni siquiera Ettore Gotti Tedeschi, expresidente del banco, conocía la lista de titulares de cuentas en el IOR. Y tan solo Cipriani conoce la lista de personas que, sin ser titulares, están autorizadas a operar en las cuentas del IOR.
El informe que el Papa tendría guardado en su caja fuerte revela, además, que Marco Simeon, un joven protegido de Tarcisio Bertone, accionó para la caída en desgracia de Gotti Tedeschi, que intentó sin éxito limpiar las finanzas de la Iglesia. A Bertone se le sindica como una de las cabezas visibles de un ‘lobby gay’.
Tras su destitución, y ante el temor de ser asesinado, Gotti Tedeschi, viejo amigo del Papa, escribió un informe en que deja constancia de su lucha infructuosa contra los vicios contables de la Iglesia. Hace una semana el Papa decidió poner al frente del banco a un alemán, el barón Ernst Von Freyberg. Horas después, Marco Simeon era echado del RAI Vaticano.
(la primera)