Por: César Lévano
El Presidente Ollanta Humala asegura que su gobierno no está en control automático. No entiendo qué quiso decir con eso. Pudo dar a entender que si las cosas van bien, no se debe al curso espontáneo de la economía, sino al esfuerzo que él y su régimen despliegan.
Caben dos observaciones:
1. El régimen está bajo el control automático del FMI y el Banco mundial. En esta hoja de ruta se hace lo que esas entidades ordenan, que es lo mismo que han hecho todos los gobiernos del Perú desde 1980. Por eso se puede decir que Humala es hoy heredero y continuador de Alberto Fujimori y Alan García.
2. Se equivoca el Presidente si cree que las cosas –lo económico, lo social– marchan bien en el país. Los adulones pueden decirle lo contrario, pero, si el primer mandatario averigua bien, hay un enorme descontento en los de abajo, sobre todo en provincias. La encuesta de Ipsos Apoyo, realizada para El Comercio entre el 11 y 13 de diciembre, le puede revelar un alto nivel de descontento en el interior. En Lima, el 45 por ciento cree que el país está progresando, pero el 38 por ciento considera que sigue igual y un 14 por ciento, que está retrocediendo. En provincias, la opinión es distinta: 34 por ciento cree ahí que estamos progresando; pero 47 por ciento opina que seguimos igual y 18 por ciento, que estamos retrocediendo. Estos dos últimos sectores implican un 65 por ciento de insatisfacción.
La encuesta de Apoyo encuentra diferencias abismales entre los niveles socioeconómicos. Mientras el 74 por ciento del sector A señala que estamos progresando, el porcentaje baja a 42 por ciento en el sector C, a 31 en el D y a 28 en el E. Las mujeres y los jóvenes son los que menos ven progreso.
En el balance del 2012, los consultados creen que los tres principales personajes fueron Natalia Málaga, Gastón Acurio y Gianmarco. Siguen Paolo Guerrero, Nadine Heredia, Mario Vargas Llosa, Allan Wagner y Ollanta Humala, en ese orden (con apenas 14 por ciento el Presidente).
Entre las huellas negativas del año, los encuestados ubican, explicablemente, los avances del terrorismo en el Vraem, el avance del narcotráfico y la delincuencia, el surgimiento del Movadef y el alza de los precios.
No ocurrió ningún cambio en el área del Trabajo. Después de la destitución del valiente José Villena, se produjo el reemplazo por Teresa Laos. La CGTP señaló al respecto que Villena había sido “el operador de las políticas antilaborales promovidas por el ministro Luis Castilla y la derecha empresarial”.
Respecto a la doctora Laos, la central sindical es pesimista, porque ella proviene de los estudios de abogados que defienden a las transnacionales.
La CGTP recuerda que en el 2012 persistieron los recortes a los derechos de los trabajadores de la agroindustria, textiles y PYMES, y que los despidos prosiguen.
El año termina, pues, con pena y sin gloria.(la primera)