miércoles, 13 de abril de 2011

i Y GANO LA ESPERANZA!

Por: Dionicio Mantilla León

Luego de 8 horas de sufragio el pueblo peruano expresó su opinión. Una opinión que tiene el dulce sabor de la esperanza y un i NO! rotundo al temor y la calumnia. Una esperanza colmada de una sana altivez.

Una voz libre y soberana orientada hacia el rechazo del continuismo y la corrupción. Un no rotundo al entreguismo y a la payasada. Un si a la honestidad. Un si a la defensa de los intereses de la Patria.

Un si al respeto de la verdad. Un si a un liderazgo y responsabilidad de estadista ante la trascendencia del acontecimiento. De esta manera 20 millones de peruanos participamos en el proceso para el recambio de nuestros gobernantes.

Gobernantes que dejan, luego de 5 años, como huella de su paso por la administración del Estado un ascendente crecimiento económico (8. 9 %), pero también el sabor agrio de la decepción y la desesperanza. La angustia de la inseguridad provocada por la delincuencia y el narcotráfico.

Nos deja la pobreza y la extrema pobreza falsamente “disminuida” por un INEI manipulado por el gobierno. Nos deja como legado la agudización de la desigualdad e injusticia social. Nos deja la ira contenida causada por la vorágine de la corrupción y la desvergüenza en todas las instancias gubernativas. Nos deja la soberbia, procacidad y maltrato de un Presidente que no ha respetado al adversario político y tampoco a quien ha discrepado de su forma de gobernar.


EL VOTO DEL CAMBIO.-

Se impuso el voto del cambio y con ello la esperanza de una superación de esta aflictiva situación. La esperanza en que las propuestas planteadas por el ganador sean cumplidas a cabalidad que por fin el “Perú sea para los peruanos” como lo quisieran nuestros próceres y precursores, nuestros héroes y mártires, como lo queremos todos los peruanos.

El Perú es un país maravilloso. Espléndido en la grandiosidad de su historia. Portentoso en la riqueza de su suelo. Prodigioso en la magnitud de la vida y obra de sus hijos e hijas. Nuestra Patria es inigualable y nosotros, su gente, nos sentimos orgullosos de haber nacido en esta tierra del sol, astro que un día veneraran nuestros ancestros los incas. Por eso los peruanos la amamos. Por eso la defendemos y respetamos.

Por eso no queremos intrusos o connacionales traidores que la mancillen y depreden. Por eso rechazamos a los gobernantes que la entregan al mejor postor sin ninguna vergüenza y sólo impelidos por el estigma de la corrupción. Acabó la lid electoral y ahora se abren las puertas de una nueva jornada electoral democrática: LA SEGUNDA VUELTA ELECTORAL. Evento democrático a realizarse el 5 de junio del año en curso. En esta oportunidad 2 agrupaciones políticas competirán: Gana Perú, liderada por Ollanta Humala y Fuerza 2011, por Keiko Fujimori. Dos corrientes, 2 posiciones ideológicas, 2 historiales, que durante 2 meses habrán de explicar al pueblo sus propuestas de atención a la problemática del país para ganarse su confianza. Uno progresista y la otra conservadora.

Uno que rechaza rotundamente el modelo económico imperante y la otra que la defiende con terquedad. Uno que mira siempre adelante y otra, que mira también hacia adelante, pero sin desligarse del oscuro pasado del gobierno corrupto de su padre a quien admira, se nutre de su ideología y pretende indultarlo.

En esta hora de toma de decisiones los peruanos urgimos de planteamientos claros y definidos para el bien de nuestra democracia y el futuro de nuestra Patria. Urgimos que quienes compitan en esta segunda etapa electoral nos garanticen la concreción de los siguientes puntos esenciales: La vigencia irrestricta de los DD.HH., el respeto a nuestros recursos naturales y sectores estratégicos, la disminución de la pobreza y eliminación de la extrema pobreza, la priorización del desarrollo agropecuario e industrial, el respeto a los derechos laborales, el respeto a la libertad de prensa, una educación y salud gratuita y de calidad. Independencia plena de cualquier potencia extranjera y, finalmente, un clima de seguridad y bienestar como fruto de la justicia e igualdad social y libre de las lacras de la corrupción y la frivolidad.

Quien nos garantice el cumplimiento de esta plataforma básica se hará merecedor a nuestra confianza electoral. Nuestro país merece un destino mejor. Es hora ya que la antorcha del desarrollo ilumine nuestro presente y nuestro futuro. Que volvamos, como el “Ave Fénix” legendario, a recrear la antigua y admirable grandeza de la patria. Es nuestro el compromiso. Es nuestra la misión.