Mientras la coyuntura política nos distrae, dejamos de lado temas importantes como el de la contaminación ambiental.
Mientras nos distraemos con diversos episodios de una campaña electoral que arrecia en virulencia y lo hará aún más en los próximos días, se nos pasan entre las piernas una serie de temas que están ausentes en los discursos y en los planes de los candidatos. Podrán estar presentes, pero no están visibles. Y no lo están por falta de cobertura informativa sino porque, simplemente, los postulantes al Congreso no enarbolan esas temáticas o planes con la fuerza que deberían.
Uno de esos temas es la defensa del medioambiente. A solo comienzos del 2020, la región ya padece las olas de calor y las diversas manifestaciones de un acentuado cambio climático del que no somos simples observadores. Las autoridades deberán tomar las medidas necesarias para que las consecuencias de ese fenómeno sean lo menos perjudiciales para la población. Sin embargo, el compromiso debe partir desde casa, involucrándonos con la toma de acciones destinadas a la prevención y cuidado del medioambiente.
Un estudio realizado por Senamhi indica que, por cada cien personas, a penas tres reciclan de manera responsable. Esta es una cifra alarmante debido a que no existe una cultura por el cuidado medio ambiental. Una de las tantas maneras de no seguir dañando el medio ambiente es adoptar prácticas ecoamigables domésticas y fáciles de realizar.
Por ejemplo, la elaboración de ladrillos ecológicos con botellas de plásticos a las que se les introduce residuos inorgánicos; otra práctica es la del compost, que consiste en la reutilización de materiales de origen orgánico, los cuales sirven para abonar los jardines.
Además, la reducción del consumo de agua y electricidad es fundamental para disminuirla producción de energía. Otras estrategias e iniciativas tienen que ver con el uso creciente de la micromovilidad con vehículos que funcionan con energías limpias. Todo esto tendría que ser llevado de la mano de la municipalidad con incentivos atractivos. Otra práctica es alentar a los colegios de los diversos distritos para que acumulen residuos inorgánicos.
A mayor cantidad de material, por colegio, estos serán premiados por empresas privadas comprometidas. De esa forma, se conseguirá involucrar al mayor número de personas, instituciones y empresas, convirtiéndolas en agentes de cambio para lograr objetivos a corto plazo que, finalmente, contribuirán a hacer de la sociedad local un espacio ecoamigable. (LA INDUSTRIA)