Por: Dionicio Mantilla León
¡Cuándo despiertan mis ojos y veo
que sigo viviendo contigo Perú!
¡Cómo no te voy a querer/
cómo no te voy a querer/
si eres mi Perú querido que me vio nacer!
Con las estrofas de bellos cantares que simbolizan nuestro amor patrio el 3 de este mes el deporte peruano escribió una de sus mejores páginas de triunfo al golear de manera contundente a nuestro histórico adversario, Chile, Victoria que nos ubicó en el escenario de la gran final de la Copa de América en la que, el día domingo 7, entregando el alma corazón y vida, nuestro seleccionado dio batalla al coloso de Sud América, Brasil, en un titánico encuentro en la que la diosa fortuna nos fue adversa.
Y aunque no logramos nuestro cometido a cabalidad aun así los 32 millones de peruanos nos sentimos contentos y agradecidos porque la blanquiroja ha logrado el sub campeonato por encima de Argentina, Uruguay y Chile, es decir, nos ubicamos como sub campeones de la copa América.
De esta manera, nuevamente el fútbol, unió al Perú brindándonos a los peruanos la alegría que se nos mostraba esquiva desde hace 44 años, así mismo nos dejó admirables lecciones de perseverancia, solidaridad, habilidad y, grande amor a la blanquiroja colores que nos legaron nuestros padres y abuelos y por la que miles de compatriotas ofrendaron su inmaculada sangre en defensa de la soberanía patria como aquella heroica jornada bélica del 10 de julio de 1883 cuyo escenario fue la bendita llanura de Purrumpampa epopeya histórica que será escenificada por el pueblo huamachuquino el próximo miércoles evento al cual les invitamos muy cordialmente.
Última batalla de la guerra con Chile, que por la traición y corrupción de malos gobernantes la perdimos y como consecuencia de ello los chilenos nos arrebataran nuestros territorios de Arica y Tarapacá. Una histórica herida que la llevamos muy dentro y que aún no es cerrada.
Y, por ironía del destino, en el recuerdo de los 136 años de este infausto acontecimiento histórico el miércoles 3, nos cobramos la revancha a nivel deportivo brillando el equipo de la blanquirorja sagrada bajo el comando del gran capitán Paolo Guerrero y en donde más que el juego individual destacó el juego colectivo de los 11 jugadores peruanos, pero particularmente de nuestro crédito liberteño, de raíces huamachuquinas, el gran Aladino, Cristian Cueva, quien, si bien no se hizo presente con goles, fue una de las piezas claves de la victoria contra los vecinos del sur. Un hecho que nos llena de orgullo por saberlo un digno representante deportivo de nuestra región y provincia.
Una satisfacción y orgullo que ya quisiéramos fuera replicado en otros ámbitos de nuestra sociedad como el político; sin embargo, esto no es así pues, lamentablemente, tenemos algunas y algunos representantes liberteños que aún no nos representan porque no evidencian con obras su amor a la región y a nuestra provincia convirtiéndose o en personajes mudos o en blindadores de corruptos.
Por encima de este indeseable escenario mantenemos la esperanza de un mejor futuro en todos los ámbitos de la vida nacional siendo oportuno sugerir a las autoridades municipales de nuestra provincia y sus distritos la creación de la “Casa de la Juventud” en cada una de sus ámbitos en donde se brinde gratuitamente la enseñanza de disciplinas deportivas y se organicen eventos deportivos, Asimismo vaya nuestra sugerencia a la UGEL para que promueva aún más eventos deportivos, así como la enseñanza obligatoria de los cantares símbolos de nuestro país, aparte del Himno Nacional, de los valses “Contigo Perú”, “Y se llama Perú”, y los temas “El cóndor pasa”, “La pampa y la puna”, “Todos vuelven”, entre otros, para fortalecer nuestra identidad nacional.
De otro lado, hace dos días, los peruanos hicimos un alto para rendir homenaje a los artífices de la educación: los maestros. Una fecha cívica establecida el 6 de julio de 1953 por el ex Presidente, Manuel Odría, en reconocimiento a su noble misión como forjadores de los futuros constructores de la Patria. Nuestra gratitud a los miles de maestros y maestras de todos los pueblos de nuestro país, así como a los ilustres investigadores de la pedagogía y a nuestros líderes gremiales que han dado parte de su vida por el mejoramiento de la calidad educativa y la conquista de las reivindicaciones magisteriales.
En este mes de la Patria hagamos la firme promesa de entregarle, con nuestro trabajo responsable y honesto, los más rutilantes trofeos de triunfos en todos los aspectos: deportivo, político, educativo y en lo económico exclamando siempre a los cuatro vientos para que lo escuche todo el mundo: !!!.¡¡¡QUÉ VIVA EL PERÚ CARAJO!!!