Empezó neutro y protocolar y ha pasado a acercarse al ímpetu propio de los Galarreta y los Becerril
Textos: Omar Aliaga » Fotos: Correo
Esta es mi percepción, no exenta de subjetivismo, por supuesto, sobre lo que muestran hasta ahora los congresistas de La Libertad, más allá de los datos que registra la página web del Congreso sobre sus gestiones. Empezamos con tres, y la otra semana terminamos con los otros cuatro. Aquí va.
Rosa María Bartra.- En sus primeros meses de gestión ha mejorado su apariencia física, llámese retoques faciales, y ha mejorado también su discurso luego de algunos primeros tropiezos una vez electa. El cargo de vicepresidenta del Congreso la ha llevado a tener una importante presencia nacional, muy alineada eso sí, a la postura fujimorista dictada por su lideresa desde la “mototaxi”. Y por eso mismo es, sin embargo, una de las que menos aparece por estos lares, aunque entiendo que en Huamachuco, su tierra natal, sí la ven más seguido que en la capital de la región.
Daniel Salaverry.- Otra de las emergentes “estrellas” del nuevo fujimorismo que empezó como un legislador neutro y protocolar y ha pasado a acercarse al ímpetu propio de los Galarreta y los Becerril. Imaginamos, para estar en la onda naranja. Su presencia nacional tampoco pasa desapercibida, enfundado siempre con sobrios trajes oscuros, en momentos más, en momentos menos. Muy poco se le ve por Trujillo, su querida ciudad, al menos en actividades públicas, pese a que en campaña aseguró que estaría todas las semanas aquí. Su presencia, quizás, esté más en el Alto Trujillo.
Gloria Montenegro.- Siempre imaginé que ella tenía pasta para congresista, y creo no haberme equivocado. Siento, sin embargo, que aún no da todo lo que tiene, y eso seguramente porque su bancada está en medio de la indeterminación, entre el afán fiscalizador y la sonrisa coqueta al gobierno. Sin embargo, Montenegro parece actuar más por consigna personal que partidaria, y esto porque al parecer su partido no tiene una postura clara y sólida en el Congreso.(correo)