SE FUE UN GRANDE DEL CANTO POPULAR PERUANO, DON LUIS ABANTO MORALES, DEJANDO UNA HONDA HUELLA EN EL ALMA DE LA PERUANIDAD.
Por: Dionicio Mantilla León
Es un escenario frío, escalofriante, silencioso, cuando un reclamo nacido de lo más profundo del dolor se instaura en el lugar: “¡Por favor, quiero ver a mi padre! ¡Quiero estar junto a él!” “¡No señora, es una norma no dejar pasar a nadie!” ”¡Pero, si sabemos que está agonizando!” Pasados unos minutos se produjo lo que ya se conocía: ”¡Señora, su padre ha muerto!” Era la madrugada del 14 de junio del 2017 y de la fría sala de cuidados intensivos del hospital Rebagliati de Lima sale el yerto cuerpo de un gorrión, si , del gorrión del pueblo peruano envuelto en las blancas sábanas de la gloria musical, es. Luis Abanto Morales.
Sí, el cantor del pueblo partió a la eternidad como parten los grandes, solo, sin la compañía de sus seres queridos debido a la pétrea insensibilidad de un sistema médico que no permite que el abrazo de la muerte sea testificado por quienes amamos. Se fue el ícono de la música popular quien hiciera vibrar de emoción a la peruanidad. Un conjunto de cantares con el inmaculado sello de la humildad y que retratara en ellos la realidad del vivir de los peruanos. Que elevó el canto popular a los níveos altares de la belleza pletórico de alegría pero también con hondo sentido de justicia.
Nacido en la cálida y hermosa ciudad de Trujillo don Luis Abanto vio la primera luz de la vida un 25 de agosto de 1923 en el seno de un hogar humilde y siendo aún un infante fue llevado a la andina ciudad de Cajabamba en donde estudiaría primaria. A los 13 años fue trasladado a Lima en donde saboreó el amargor de la pobreza estudiando de noche y trabajando de día; sin embargo, en la tibia convivencia con la pobreza fue descubriendo sus dotes para la composición musical y el canto.
Su encuentro con la fama que le deparaba el destino se inició a los 19 años cuando ganara su primer concurso de canto en el evento “La canción de los barrios” que organizara Radio Callao, pero fue un 3 de junio de 1987 que alcanzara la cima al ser reconocido como “Patrimonio Artístico de América” por la Organización de los Estados Americanos (OEA).
El bagaje de su creatividad musical fue amplio y variado todos ellos orientados al fomento del sentir artístico peruano: Valses, polkas, huaynos y carnavales; empero, si bien fue el compositor de muchas logradas canciones el peculiar estilo que instauró dejaba entrever que era él el autor de todas las canciones que interpretaba.
Transcurridos los años y, testigo del sufrimiento y abuso del que eran objeto los pobres del Perú profundo, se inclinó por el arte contestatario y rebelde entonando cantares alegres, pero, también, de reclamo social es así como salen al éter temas como: “Amor de Guardia Civil”, “La flor de papa”, ”El mambo de Machaguay”,”Las barbas de mi chivato”,”Contamanina”,”La pitita” y ”Me cuenta un amigo”; y, también, los temas constituidos en cantares emblemáticos de la música social peruana: “Cielo serrano” y “Cholo soy”.
Justamente, el primer cantar, “Cielo serrano”, fue objeto del rechazo gubernamental. Fue durante el “ochenio”, es decir, durante la dictadura del General Manuel Apolinario Odría quien, por su contenido de reclamo justiciero, lo consideró subversivo prohibiendo su difusión no pudiendo evitar, sin embargo, que se siguiera cantando en los ambientes de los barrios populares: Su última estrofa decía: ”Porque no lanzas contra el cobarde/que explota al indio, tu maldición/y con tus rayos, terminas todo/vicios, riquezas y explotación.”
Otro tema insignia de su cantar fue “Cholo soy y no me compadezcas” basado en el poema “No me compadezcas” del poeta argentino, Boris Elkin. El gran gorrión del canto social peruano enriqueció la letra dándole un toque rebelde y poniéndole una hermosa melodía. De esta manera lo magnificó y catapultó hacia la cima del gusto y la reflexión popular. Un poema que de repente se hubiese sumido en el oscuro manto del olvido se convirtió en bandera de la música contestaría de los marginados del Perú y América. Sabemos que el hermano pueblo de Cajabamba está consternado por la partida del “Cantor del pueblo” y ha decretado 3 días de duelo. Les acompañamos en su pesar. Lamentamos que en Trujillo, lugar donde nació el Cantor del Pueblo, la Municipalidad de Trujillo no haya hecho nada. ¡Da vergüenza tener a Elidio Espinoza como Alcalde de esta ciudad!
¡Adiós Gorrión del Perú y América! ¡En el cielo te esperan otros grandes: Felipe Pinglo, Chabuca Granda, Jesús Vásquez, El Jilguero del Huascarán, La pastorita huaracina, El Cholo Berrocal,Lucho Barrios, el Zambo Cavero, Oscar Avilés y muchos más! ¡Gracias gorrión del Perú y América!