martes, 29 de marzo de 2016

Buscando el cambio


Por: Dionicio Mantilla León

En los días de semana santa dedicados a la reflexión acerca de la vida, pasión, muerte y resurrección de Jesucristo, y , a 15 días de las elecciones generales del 10 de abril, los peruanos vivimos un ambiente de tensión y sumidos en una gran incertidumbre. Nunca en la historia electoral de nuestro país se había creado un nivel de tanto desconcierto, improvisación y duda de la capacidad de los miembros de los entes electorales para conducir el presente proceso electoral. Una aparente incapacidad generada por una legislación sacada de manera apresurada por todos los actuales congresistas representantes de los agrupaciones políticas derechistas participantes en este proceso electoral.

Iniciado con 18 candidatos presidenciales arriban al acto electoral sólo 14, de los cuales, tres, por supuestamente haber entregado dadivas en reuniones proselitistas, vienen siendo cuestionadas al infringir la norma electoral establecida: Keiko Fujimori (Fuerza Popular), Pedro Pablo Kuschinscky (PPK) y Alan García (Apra). Este último, denunciado por regalar cervezas y celulares en las playas de Agua Dulce (Lima).

En medio de este torbellino 2 bloques de aspirantes a la presidencia se visualizan, uno, CONTINUISTA, que ofrece más de lo mismo y otro, que oferta un CAMBIO REAL; el primero, con representantes de los partidos de derecha y el otro, de la izquierda moderada. Sin embargo, según las encuestas, sólo cinco ocupan los primeros lugares de las preferencias electorales: Keiko Fujimori, Pedro Pablo Kuschinscky, Alfredo Barnechea, Verónica Mendoza y Alan García. Siendo la única de izquierda, Verónica Mendoza, del Frente Amplio.

Los partidos de la derecha ofertando generalidades y obras demagógicas que significan continuismo o más de lo mismo, obras con las cuales jamás se podrá acabar con los eternos problemas nacionales de la inseguridad, la corrupción, la entrega de nuestros recursos naturales, la pobreza y extrema pobreza, el atraso económico, la desnutrición crónica infantil, pésimos servicios de educación y salud, un abusivo tratamiento laboral a los trabajadores, la concesión o privatización de nuestros sectores estratégicos y neurálgicos (Puertos, aeropuertos, espacio aéreo) lesionando nuestra soberanía nacional. Acciones negativas que todos los partidos derechistas han ejecutado y defendido en el sagrado nombre del nefasto sistema económico neoliberal y al amparo de una Constitución Política creada por Fujimori para consolidar este estado de cosas.

Este panorama es real y todos los peruanos lo sufrimos desde hace mucho sin un atisbo de esperanza de cambio. A través de este medio siempre hemos propugnado por el cambio de este estado de cosas. Quienes nos siguen sabatinamente lo pueden testimoniar. Lamentablemente, quienes estamos por el cambio (Por si acaso no del “Gran Cambio”, enarbolado por un partido político derechista, ya excluido) nos califican de lo peor.

Desde siempre hemos propugnado por un país soberano, democrático, desarrollado y con plena vigencia de los derechos humanos. Con un Estado cumpliendo su rol de propietario de los recursos naturales y sectores estratégicos nacionales, rector de la economía y los servicios que le son inherentes: educación y salud. Un Estado promotor y fomentador de un agro, ganadería, industria y minería orientados al desarrollo económico nacional basado en la diversificación productiva, el absoluto respeto al medio ambiente, a las comunidades nativas y la legislación laboral,. Un rol que signifique abrir las puertas a la inversión privada, pero sin hegemonismo, es decir, que no sobrepase el interés nacional, todo ello, bajo el amparo de una nueva Constitución Política.

Sólo la práctica de estos principios garantizan la superación de la inseguridad, la corrupción y todos los males señalados líneas arriba, Con un gobernante (a) progresista e idóneo (a) que trabaje auténticamente por un cambio real. Candidatos progresistas que participan, hoy , en inferioridad de condiciones porque no están ligados al interés extranjero, ni al narcotráfico y no usan el dinero robado al Perú por la dictadura.

Nadie en su sano juicio va a querer continuar sufriendo los mismos problemas de siempre, pero, a veces, nuestros compatriotas parecen masoquistas y hacen lo contrario, les gusta que les hagan sufrir. ¡ES HORA DE REACCIONAR! ¡QUEREMOS EL CAMBIO! ¡NO AL CONTINUISMO!