Por: Dionicio Mantilla León
Cuando de consecuencia y lealtad a los principios de dignidad se trata; cuando del sindicalismo clasista se trata; en fin, cuando de referirnos al heroico gremio del Perú, el SUTEP se trata, el nombre de Horacio Cevallos Gámez, emerge rutilante y es pronunciado con respeto y admiración. Es que Horacio Cevallos forma parte de aquella pléyade de héroes legendarios cuya historia aún no se ha escrito pero que figura esplendoroso en la memoria del pueblo y de quienes nos consideramos sus discípulos que hoy rendimos nuestro sentido homenaje al cumplirse 72 años de su nacimiento.
Un maestro, un líder por antonomasia, poeta, ejemplo de luchador social, político consecuente; pero, también, modelo de humildad y sacrificio. Así fue Horacio, el autodenominado “Corito”, apelativo de cariño de inexplicable significado y que utilizaba para llamar a sus amigos íntimos.
Nacido un 20 de marzo de 1943 en el distrito de Carumas, provincia de Mariscal Nieto, en la región de Moquegua, nuestro querido “Corito” se formó en su pequeño pueblo lugar en donde estudiara su Primaria y Secundaria. Siendo niño y considerando la escasez económica hogareña y teniendo 15 años de edad trabaja como obrero en los socavones de la minera Souther Perú Corporatión conociendo así las injusticias que se cometían contra los obreros. Concluida su Secundaria, su familia lo envía a seguir estudios superiores en la bella ciudad de Arequipa ingresando a la Escuela Normal de Varones “La Salle” lugar en donde nacieron sus inquietudes poéticas y en donde se gradúa como Profesor de Educación Primaria iniciando su carrera en una pequeña Escuelita Unidocente del alejado pueblo de Pitay, en Sihuas.
Luego, estudiaría Derecho en la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa, sin concluirlo. Funda el Sindicato Distrital de Maestros Primarios de Sabandía (Arequipa) y el Sindicato Único de Profesores de Arequipa siendo elegido como su primer Secretario General. Ese año lidera el reclamo por la repatriación de los dirigentes magisteriales deportados por Velazco Alvarado, objetivo que se hace realidad.
El 6 de Julio de 1972, en el Congreso Nacional de Unificación Magisterial se funda el SUTEP siendo elegido como su primer Secretario General dedicándose a organizar las bases en todo el país. Como consecuencia del Paro Nacional del 24 de octubre de 1973, él junto a 96 maestros es recluido en la colonia penal del SEPA, luego pasaría al penal del POTAO y a la cárcel del Callao de donde, por la presión nacional e internacional, sale libre. En estos escenarios crea su poemario: “Alegría de la prisión”. Ese año ingresa al Partido Comunista del Perú (Patria Roja). En 1975, crea la Universidad Popular “José Carlos Mariátegui”. En 1975, la dictadura militar ordena su deportación por lo que ingresa a la clandestinidad; luego, sería elegido, nuevamente, Secretario General del SUTEP, liderando las dos heroicas huelgas magisteriales del 1978 y 1979 que duraron 81 días la primera y 120, la segunda. En 1979 es capturado y, al estar delicado de salud, es recluido en el Hospital de policía. En 1980, fue candidato a la Presidencia de la República por el partido UNIR (Unión de Izquierda Revolucionaria), si bien no logró su objetivo, fue elegido Diputado por Arequipa. Por sus problemas de salud es llevado a Alemania sin hallar mejoría. Estando en Lima, un 7 de Marzo de 1984, muere de un paro cardíaco, siendo sepultado en Arequipa.
Así, el espíritu del último guerrero del siglo XX se elevó hacia las alturas dejando una huella que jamás se borrará, estampando en el alma aquellos inmortales versos que trazan el rumbo de todo buen Maestro: ”Maestro, en tu libro de lucha he aprendido que no traicionar es un mandamiento… Me enseñaste a vencer montañas y ciudades, a no retroceder como el agua constante….Maestro, quiero lealtad como los niños que siembras con tus palabras...”